A 35 años del hallazgo de la Coyolxauhqui, expondrán resultados de análisis a materiales arqueológicos de lo que fue el Recinto Sagrado de Tenochtitlan

En el foro académico, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), la arqueóloga Lorena Vázquez Vallín se referirá a un juego de tres cajetes con tapa, que contenían 10 navajillas de obsidiana en las que se identificaron residuos de sangre humana, consecuencia del autosacrificio de algunos individuos como parte de una ofrenda de consagración.

“Al profundizar la investigación en documentos históricos, escritos por los cronistas Diego Durán, Bernardino de Sahagún y Toribio de Benavente “Motolinia”, y de acuerdo con bajorrelieves de banquetas e imágenes de piedras labradas, se llegó a la conclusión de que las navajillas fueron utilizadas para autoinflingirse con la finalidad de ofrendar sangre”, explicó la arqueóloga.

La especialista expondrá dicho tema el 23 de febrero, en la conferencia Contextos rituales frente al Templo Mayor. Ofrendas de consagración y de clausura, junto con los arqueólogos y antropólogos físicos que integran el equipo del Programa de Arqueología Urbana (PAU), encargado de hacer las excavaciones en la Plaza Manuel Gamio, donde actualmente se realiza una obra de infraestructura, para la creación de un nuevo vestíbulo para el museo y zona arqueológica de Templo Mayor.

Entre los expertos se encuentran los arqueólogos Raúl Barrera Rodríguez (responsable del PAU), Rocío Morales, Estíbaliz Aguayo, Berenice Jiménez, y la antropóloga Perla Ruiz, quienes explicarán los tratamientos realizados en cráneos y huesos durante la época prehispánica, entre ellos, cortes en cinco calaveras al nivel del parietal, para colocarse en un tzompantli del Recinto Sagrado de la urbe mexica.

En el Ciclo de conferencias por el XXXV aniversario del hallazgo de Coyolxauhqui, también se presentará Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH, quien dictará el tema Entre mujeres te veas: Coyolxauhqui y Tlaltecuhtli, este sábado 9 de febrero a las 10:00 horas. El experto hablará acerca de estas dos diosas mexicas y dará una interpretación de sus historias.

El siguiente sábado, 16 de febrero, el arqueólogo Diego Jiménez Badillo se referirá al significado de las ofrendas 22 y 58 (localizadas en 1980 en la esquina norte de Templo Mayor), a través de la ponencia Evidencias del culto a la tierra en dos ofrendas del Templo Mayor, en la cual explicará que ambas “fueron creadas por los mexicas para ofrecer fuerzas germinativas a la tierra, es decir, restituirle lo que ella les daba durante las cosechas”.

Finalmente, el sábado 2 de marzo, la ponencia Conservación y restauración de hallazgos arqueológicos en la Plaza Manuel Gamio será abordada por las restauradoras María Barajas, Lucía Alatorre y Patricia Campos, quienes darán a conocer el criterio de conservación de materiales prehispánicos en el MTM.

Asimismo, abordarán la importancia del trabajo multidisciplinario entre la restauración y la arqueología, incluso desde el momento de hacer las excavaciones, caso de las labores que llevaron a cabo paralelamente al salvamento arqueológico hecho en la Plaza Manuel Gamio.

“Trabajar con los arqueólogos al mismo tiempo en que realizan las excavaciones ayuda a evitar riesgos en la conservación del patrimonio cultural, por ejemplo, se controla lo mejor posible las transformaciones microclimáticas de los materiales descubiertos, pues exponerlos a cambios bruscos puede causarles fracturas e incluso desprendimientos”, explicó María Barajas, jefa del Departamento de Restauración del museo.

El ciclo de conferencias se desarrollará en conmemoración al XXXV aniversario del hallazgo del monolito de la diosa Coyolxauhqui, registrado el 21 de febrero de 1978, luego de que trabajadores de Luz y Fuerza del Centro se toparon con el monumento prehispánico, y dieran aviso de inmediato a los arqueólogos del INAH.

El monolito de Coyolxauhqui (cuyo diámetro oscila entre los 3.04 y 3.25 metros, espesor de 30 centímetros y peso cercano a las 8 toneladas fue colocado durante el gobierno de Axayácatl, entre 1469 y 1481, al pie de las escalinatas del adoratorio del dios Huitzilopochtli, en el Templo Mayor.

Este hallazgo fue uno de los más sobresalientes registrado en lo que fue el Recinto Sagrado de Tenochtitlan, pues además de su importancia arqueológica, también fue el detonante de creación del Proyecto Templo Mayor (1978) que hasta la fecha sigue vigente, así como de investigaciones y recuperación de diversas ofrendas con miles de objetos prehispánicos.

Luego de rescatar más de siete mil objetos a lo largo de nueve años, tres mil 500 m2 del Centro Histórico de la capital mexicana fueron expropiados en 1987 para la creación de un museo de sitio, uno de los más emblemáticos y visitados en la Ciudad de México (con más de 15 millones de asistentes desde su apertura).

La escultura es la representación de la diosa lunar de los mexicas, que se muestra decapitada y mutilada de brazos y piernas tras el combate que sostuvo con su hermano Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, según el mito del nacimiento de esta última deidad, narrado por los cronistas Bernardino de Sahagún y Diego Durán; también simboliza el triunfo del sol sobre los poderes nocturnos que ella encarna pues su cabeza decapitada se convirtió en la luna.

El ciclo de conferencias por la conmemoración del descubrimiento de la escultura se realizará en el Auditorio “Eduardo Matos Moctezuma”, los sábados de febrero y 2 de marzo a las 10:00 horas. Entrada libre.

Como actividades complementarias, el domingo 17 de febrero se ofrecerán dos puestas en escena totalmente gratuitas, en el mismo auditorio. La primera, el monólogo La diosa… Coyolxauhqui, que se presentará a las 12:00; la segunda, la representación con títeres El mito de Coyolxauhqui, a las 14:00 horas.

Asimismo, los días 19, 20, 21 y 22 de febrero se proyectará —a las 12:00 y 16:00 horas— un video sobre el hallazgo, excavaciones y traslado del monolito de la diosa lunar hacia el museo, a finales de la década de los 70 y principios de los 80.

El Museo del Templo Mayor se ubica en la calle Seminario No. 8, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a un costado de la Catedral Metropolitana.

Fuente: (INAH)

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