“La escritura obsesiva”, de Salvador Elizondo, selección y prólogo de Daniel Sada

En este caso, sin ser una novedad estrictamente hablando, “La escritura obsesiva” (RM Verlag, España, 2009) es una selección de narraciones cortas de Salvador Elizondo realizada por Daniel Sada (1953-2011) a partir de cinco libros del primero: “Narda o el verano” (1966), “El retrato de Zoe y otras mentiras” (1969), “El grafógrafo” (1972) “Camera lucida” (1983) y “Elsinore: un cuaderno” (1988). Así, podemos decir que estamos ante un “nuevo libro” del escritor nacido en diciembre de 1932 y fallecido en marzo de 2006. O sea, leer o releer a Elizondo en esta selección de 32 narraciones nos brinda la oportunidad de encontrar o descubrir algunas de sus obsesiones constantes (el sueño, la memoria, el terror y la crueldad latentes en la cotidianidad, el lenguaje como recurso para trascender la realidad…), de embelesarnos con un manejo magistral de la escritura a partir de un conocimiento profundo del lenguaje, de admirar a un escritor que merece ser más frecuentado por los lectores y a una obra que, conforme pasa el tiempo, refulge sin mácula en todo su esplendor y que va más allá de “Farabeuf” (1965), su narración más conocida y representativa.

Respecto de esta edición sobria y bella, además de la selección que integra este “nuevo libro” elizondiano, el prólogo de Daniel Sada es un buen motivo para sumergirse en una narrativa cuyos fines estéticos son evidenciados a través del ejercicio estilístico, de una escritura que no hace concesiones al lector, en la que, se infiere, el autor tampoco se las tomó. Como señala Sada: “Salvador Elizondo es, sin duda, el autor más inclasificable de la narrativa mexicana. En su obra se condensan las rupturas y los movimientos más señeros de las vanguardias aparecidas en la segunda mitad del siglo XX. Se trata de un arte narrativo que contiene una amplia gama de procedimientos, tan hipotéticos como inconclusos, que da paso a una visión intimista, casi táctica, de la realidad”. Una escritura que hacía sangrar la hoja en blanco en que fue realizada. Una literatura que se consagra a sí misma y, en consecuencia lógica, a su autor.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Foto: Portada de un libro panorámico de la narrativa de Salvador Elizondo.
Cortesía Editorial RM.

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