2013: unirnos contra corrupción

Nunca es tarde, ni siquiera la edad supone en la actualidad una barrera, son varias las personas que por primera vez obtienen un título universitario después de los cincuenta años; quienes cambian de profesión o deciden arriesgar y cristalizar la independencia económica anhelada a través de unir esfuerzos con la propia familia o amigos e iniciar un negocio para desarrollar el talento innato.
Si se quiere, se puede. Quizá sea momento de tomar el control de su economía y finanzas personales, organizarse bien para con el tiempo disfrutar de una serie de logros tanto en el corto, mediano como largo plazo.
Como economista sostengo que la clave del éxito no  radica esencialmente en la posición económica del entorno familiar, se conjugan muchos factores natos e innatos, pero existen dos particularmente insustituibles en el camino hacia la consecución de objetivos: perseverancia y disciplina.
Hay muchos casos digno de ejemplo, en México, Roberto González Barrera (quien murió el año pasado) es una muestra de hasta dónde se puede llegar.
Por eso la insistencia de que, cualquier propósito personal por pequeño que este sea, debe perseguirse con firmeza y no cejar en el intento que, afortunadamente, el año es demasiado joven.
A COLACIÓN
Nos trazamos metas personales, casi nunca comunes, olvidando que la suma de esfuerzos es fundamental para nutrir un cambio en patrones sociales de conducta.  
Para como esta el mundo, cualquier buena acción es de agradecerse sobre todo si fomenta la paz, concordia y aceptación de las diferencias de los demás.
Me parece que unir esfuerzos con una vocación a favor del entorno implica primeramente tomar la responsabilidad con lo inmediato y México requiere de una buena dosis de cambio propulsada desde la sociedad civil.
Ojalá que este 2013 también nos demos tiempo para elevar nuestra calidad como  ciudadanos a través de luchar  día con día  contra la corrupción, impidiendo cooperar con ésta y atrevernos a señalar su impacto negativo en el entorno.
El propio presidente Enrique Peña Nieto se ha manifestado preocupado por los niveles de corrupción escalados por México, el señalamiento constante en el extranjero de ese cáncer social que al parecer caracteriza al país y tan mala fama le otorga más allá de las fronteras.
Así es que, amigo lector,  le invito a una cruzada anticorrupción en México haciendo parte de sus propósitos no fomentar actos de corrupción, no ser partícipe de éstos, y señalar la negatividad del hecho.
El año pasado, la organización Transparencia Internacional (TI) reveló que México ocupó el lugar  100, de 183 países, en el más reciente Índice sobre la Percepción de Corrupción.
El Índice de la Percepción de Corrupción es resultado de numerosas encuestas que miden la impresión que se tiene en ese renglón en los diferentes países de la comunidad internacional. El puntaje oscila desde cero a 10.
La calificación de cero denota que la corrupción en un país determinado es la más alta, mientras que  el país con un valor de diez o cercano a éste, mantiene la corrupción en niveles bajos.
En los lugares más cercanos a la calificación de 10 se situaron Finlandia, Islandia y Nueva Zelanda, con 9.6 puntos y por tanto, ubicados en los primeros lugares de menor corrupción. En contraste, México obtuvo una calificación de 3.
De momento pensamos en corrupción y lo asociamos inmediatamente con la práctica del gobierno, en su quehacer del sector público, y pasamos de largo el rol del ciudadano.
Como parte de los derechos y obligaciones cívicas,  ningún otro actor social es más relevante que el ciudadano en su propia cotidianeidad porque además es un transmisor de conductas cuando éste interrelaciona con su núcleo familiar, social y laboral.
La corrupción somos todos, como se decía en los tiempos del presidente Miguel de la Madrid, unos tienen metida la mano en el bolsillo del otro y así se entreteje una cadena que comprende todos los niveles.
La única forma de romperla,  es modificando nuestra mentalidad y conducta. Por eso le invito a que todos los días, nos sumemos para luchar contra la corrupción y de esta forma contribuir a que México adquiera una mejor carta de presentación.
Y finalmente, le invito a revalorar las cosas pequeñas, esas que no descansan en lo metálico. ¡Feliz 2013!
PD. Mi twitter @claudialunapale. Puede opinar en mi blog http://claudialunapalencia.blogspot

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