Invaluables tesoros de culturas milenarias del orbe, como la japonesa, china, maori e inca, llegaron a México en 2012

 

Una de las muestras que arribaron a nuestro país, y que permanecerá hasta febrero próximo en el Museo Nacional de las Culturas, es Oro, arte prehispánico de Colombia, que reúne una rica selección de piezas de uso ornamental y religioso que abordan el florecimiento de la orfebrería entre los antiguos habitantes de ese país sudamericano, a lo largo de dos mil años (500 a.C.- 1,500 d.C.).     

La colección, procedente del Museo del Oro, del Banco de la República de Colombia, en Bogotá, se compone de 253 objetos con representaciones humanas, animales y figuras geométricas, forjados en diversos materiales como tumbaga (aleación de oro y cobre), cerámica, lítica, concha y hueso.

Samurái. Tesoros de Japón fue una de las exposiciones más importantes que llegaron a México este 2012, la cual reunió 180 piezas históricas de cerámica, papel, tela, madera y principalmente metal, algunas consideradas tesoros del país del Sol Naciente. La muestra exhibida en el Museo Nacional de Antropología (MNA) se presentó en el marco de los 400 años de relaciones entre México y el pueblo nipón.

Obras de arte y kimonos, e imponentes armaduras, espadas, flechas y arcos utilizados entre los siglos VII al XIX por los guerreros, dieron cuenta de los señoríos samurái reconocidos por su poderío militar y político, así como por sus aportes a las artes y la cultura. Dicho acervo provino del Museo de la Ciudad de Nagoya.

El MNA también alojó la exposición Piedras del Cielo. Civilizaciones del jade, en la que por única ocasión se reunió la grandeza de China y Mesoamérica, regiones que consideraban al jade como una piedra preciosa —incluso más que el oro—, ya que con ella manufacturaron objetos vinculados a las clases gobernantes y a la parafernalia ritual.

La muestra binacional mostró (de marzo a junio) 220 piezas; en el caso de China, el Museo del Palacio seleccionó 120 piezas de las culturas del periodo Neolítico (8000 al 2000 a.C.) desarrolladas en toda China, así como de las diversas épocas dinásticas, de manera que abarcan un lapso de más de ocho mil años. Respecto a la tradición lapidaria mesoamericana, ésta se representó con objetos olmecas, teotihuacanos, mayas y mexicas, que reflejan alrededor de tres mil años de desarrollo cultural.

El Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec” presentó Miradas comparadas en los virreinatos de América: México y Perú, exposición que mostró una colección de 170 objetos de los siglos XV al XIX, pertenecientes a diversos museos y colecciones particulares de Estados Unidos, Perú, Chile, España, Francia y México.

Pinturas, esculturas, códices, manuscritos, queros (vasos ceremoniales) y piezas de arte plumario, son algunas de las obras más representativas de los dos imperios más grandes del continente americano en la época prehispánica: el mexica y el inca, que tras la Conquista se convirtieron en los principales virreinatos de la Corona española: la Nueva España y Perú.

Previo a su exhibición en México (de julio a octubre), Miradas comparadas… se mostró en el Museo de Arte en el Condado de Los Ángeles (LACMA, por sus siglas en inglés), EU, donde permaneció de noviembre de 2011 a enero de 2012.

Por su parte, el Museo Nacional de las Culturas, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, alojó un conjunto de piezas contemporáneas y ancestrales que pocas veces salen de Nueva Zelanda. Con en título E T? Ake: Orgullo m?ori abordó la historia, identidad, tradiciones e ideología de esa etnia de Oceanía, cuyo legado ha pervivido a lo largo de 600 años.

De marzo a julio, se exhibieron 169 objetos —del Museo de Nueva Zelanda “Te Papa Tongarewa— de uso cotidiano y sagrado, esculturas, elementos arquitectónicos, banderas, fotografías, gráfica contemporánea y documentos audiovisuales. Obras que para los indígenas representan vínculos sagrados con su pasado, y que forman parte de la Colección Taonga M?ori (Tesoros Culturales M?ori), una de las más importantes del recinto neozelandés.

Otra exposición internacional que aún puede visitarse es La sociedad y el tiempo maya, integrada por 96 piezas arqueológicas —de cerámica, metal, concha y piedra— provenientes del Museo Regional de Antropología de Yucatán “Palacio Cantón”; acervo que da cuenta del avanzado conocimiento astronómico, matemático y de escritura alcanzado por esta cultura, además de detallar sus complejos sistemas calendáricos.

Dicha exhibición permanecerá hasta febrero de 2013 en el Museo Nacional de Antropología (MNA), recinto al que llegó luego de un largo viaje por el Museo del Oro, en Bogotá (octubre de 2011 a febrero de 2012) y el Parque Explora de Medellín (de marzo a julio), ambos en Colombia; así como el Museo Nacional de Corea, en la ciudad de Seúl (de septiembre a octubre).

Otra muestra que continúa en el MNA (en la Sala Culturas Indígenas de México) es Alberto Bañuelos, la liturgia de las piedras, que exhibe una serie de esculturas que fusionan la expresión prehispánica mesoamericana y la plástica deconstructiva de uno de los artistas españoles más reconocidos a nivel mundial.

De México para el mundo

Respecto a las exposiciones mexicanas, organizadas por el INAH, que cautivaron al público extranjero, destaca Los hijos de la serpiente emplumada: El legado de Quetzalcóatl en el México antiguo, que se presentó de abril a julio en el LACMA, y posteriormente viajó al Museo de Arte de Dallas de agosto a noviembre.

El eje de esta muestra fue la relevancia de Quetzalcóatl como divinidad fundadora y benefactora, encarnación del antiguo espíritu de la fuerza del viento y la lluvia, cuya veneración se extendió entre las culturas maya, tolteca, zapoteca, mixteca y nahua.

El acervo, perteneciente a diversas instancias del INAH, así como a universidades y recintos de Estados Unidos y Reino Unido, se integró de 151 piezas de más de mil años, manufacturadas en jade, turquesa, oro, hueso, concha, cerámica, perla, madera, papel, textil y basalto.

En el Instituto Cultural de México en Washington, de mayo a septiembre México presentó Hina/Jaina, el portal al inframundo, cuyo nombre deriva de una isla ubicada en la costa norte de Campeche, que fue construida artificialmente por los mayas prehispánicos a modo de centro ceremonial; ahí se han encontrado entierros humanos con ricas ofrendas, y restos de estelas grabadas y de edificios estilo Puuc.

De las 58 figurillas de arcilla —que acompañaban a los muertos en su viaje al “más allá”— que fueron exhibidas, 42 se presentaron al público por primera vez, procedentes de la Bodega de Bienes Culturales del Centro INAH-Campeche. El resto pertenecen a los museos de Arqueología Maya de Hecelchakán y Fuerte de San Miguel, de esa entidad.

Por último, en Canadá el INAH montó Los secretos de la civilización maya, la exposición más grande sobre esta cultura que se haya presentado en aquel país; primero se presentó en el Museo Real de Ontario, Toronto, de noviembre de 2011 a abril de 2012; posteriormente viajó al Museo Canadiense de las Civilizaciones, en Québec, donde se exhibió de mayo a octubre.

Con una colección de más de 250 piezas, entre ellas la máscara de la Reina Roja y el Trono del Templo XXI, ambos de Palenque, Chiapas, se mostró la grandeza de la antigua civilización maya, reconocida en todo el mundo por la exactitud de sus cálculos matemáticos, la perfección de sus edificaciones y la complejidad de su calendario.

Fuente: (INAH)

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