Iván Reséndiz, joven músico originario del DF hace la hombrada de organizar en Chicago el II “Festival Latinoamericano de Guitarra”, sin ningún tipo de apoyo

“El año pasado confirmé que no había interés de ninguna organización en apoyar el festival, así que me puse a ahorrar para poder pagarle el boleto de avión a mis invitados, a quienes hospedé en las casas de mis amigos”, relató el guitarrista originario del Distrito Federal.

En el 2011, Reséndiz tuvo problemas para conseguir un sitio fijo de presentación, de sus cuatro invitados y él, quienes integraban el programa, situación que también ocurrió este año pero que convirtió en la oportunidad de tener varios escenarios y ampliar la presencia del festival.

De tal forma que en su segunda edición, el festival de entrada gratuita contó con la participación de 10 músicos de Colombia, Cuba, España, Puerto Rico, Ecuador, Perú y México, además de una conferencia sobre la historia de la guitarra clásica en el edificio de la UNAM-Chicago.

Reséndiz, egresado de la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes, llegó a Chicago hace seis años y desde entonces ha tratado de abrir espacio a la interpretación de piezas de autores latinoamericanos en guitarra acústica.

“Toco en restaurantes y a dónde me inviten, porque mi propósito central es fomentar el gusto por la música de guitarra clásica”, expresó. Sin embargo, no siempre ha sido bien recibido.

“En algunas ocasiones la gente me ignora y no para de hablar. En una ocasión, en un restaurante del suburbio de Cícero, alguien me grito: ya bájate!, pero eso no me intimida en mi propósito”, agregó.

La pasión de Reséndiz por la guitarra le ha permitido llevar su música a otros sitios, también con dificultades económicas. Este año fue invitado a tocar en Bélgica, para lo cual consiguió el apoyo de su familia aunque redujo su estancia a un par de días.

En su segunda realización, el Latin American Guitar Festival logró reunir a un numeroso público latino y anglosajón en sus presentaciones en tres lugares, la UNAM-Chicago, la Casa Michoacán y la Galería Calles y Sueños, lo que le dio aliento a Reséndiz, quien ya empezó a organizar la tercera edición para el próximo año.

El joven artista confía en que a partir de los resultados se logre un mayor apoyo al festival que tiene como misión “romper las creencias que hay sobre la música clásica y mostrarle a nuestra comunidad que esta música tiene tradición, cultura y también es propia. Que se convierta en música para toda la gente”.

Fuente: (Agencias)

 

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