Estás en la playa y no has visto el mar

¿Por qué estás enojado? Será por que no has recibido la llamada que esperas, o te enoja que alguien no reaccione como tú quieres.

Lo que hagan otros, no depende de ti.  Respeta.  No dependas de lo que hagan otros,  Depende de tus acciones genuinas, reales, de tus motivos rectos, verdaderos.  Te invito a que dependas de Mi.
Pregúntate, ¿por qué hago esto?¿por qué permito aquello? Enfréntate a ti mismo
Te darás cuenta que has puesto tu esperanza en acciones de otros, en reacciones de otros y ello te mantiene distraido de ti.  Estarás en la playa y no habrás visto el mar.

Cada persona tiene su propia batalla.  Cada día, hay que enfrentar, decidir, comenzar, definir, hazlo desde el horizonte, abarcándolo todo, cubriendote en Mi, con la mejor espectativa de ti.  Tú certeza, atraerá la condición óptima, de otra manera, permaneceras ausente.  Estás conmigo y no me miras. Estás conmigo y no me hablas.  ¿Dónde estás? 

Te ratifico que estás en el reino donde habito a tú lado. Donde he puesto tantos colores, sabores y emociones que se vuelven maleza y te envuelven, como si te atraparan y llenan sólo tus sentidos, sin pensar en profundizar, sin escuchar, oyendo la música sin disfrutarla.  Y no hablemos en compartir.

Estás en el reino y tienes las llaves en tus manos. Estás en el reino y tus mejores días están por venir.  ¡Cada instante es mejor!  Cada momento te abraza por qué te espera.
La belleza del reino, es tuya para que al verla, te reconozcas.  Suéltalo todo y empieza contigo de nuevo. 
Cada pensamiento es un vehículo que te transporta a ti, para que te disfrutes.
Pensamiento que te alimenta, te sostiene. No te aborta.  ¡Te da vida!
Cada pensamiento quiere descubrirte, enseñarte el paraiso que eres, y la magnitud de tu mirada que lo abarca todo.
Sí logras verlo y mantenerlo. Disfrutarás de la belleza que hay para ti, en ti y conmigo.
Detente.  Disponte a escuchar el sonido de la olas del mar, date tiempo… 
Bienvenido, ésta magnitud está en ti.  Eres tú…  Disfrútate, y no te aflijas más.

Yo siempre te amo y espero mas allá del horizonte y en ti.

Esto te hace saber el Rey.

El Mensaje del Rey

Estás en la playa y no has visto el mar.

Por Lourdes Ma. Núñez Encinas

Estás en el reino y no te percatas de todo lo que hay. Estás perdido o distraido.

Distraido de ti. Las voces, lo aprendido, lo comprendido, crean modelos que persigues y dejas de encontrarte. Cuántas cosas maravillosas ya tienes.

¿Porqué estás enojado? Será por que no has recibido la llamada que esperas, o te enoja que alguien no reaccione como tú quieres.

Lo que hagan otros, no depende de ti. Respeta. No dependas de lo que hagan otros, Depende de tus acciones genuinas, reales, de tus motivos rectos, verdaderos. Te invito a que dependas de Mi.

Pregúntate, ¿por qué hago esto?¿por qué permito aquello? Enfréntate a ti mismo

Te darás cuenta que has puesto tu esperanza en acciones de otros, en reacciones de otros y ello te mantiene distraido de ti. Estarás en la playa y no habrás visto el mar.

Cada persona tiene su propia batalla. Cada día, hay que enfrentar, decidir, comenzar, definir, hazlo desde el horizonte, abarcándolo todo, cubriendote en Mi, con la mejor espectativa de ti. Tú certeza, atraerá la condición óptima, de otra manera, permaneceras ausente. Estás conmigo y no me miras. Estás conmigo y no me hablas. ¿Dónde estás?

Te ratifico que estás en el reino donde habito a tú lado. Donde he puesto tantos colores, sabores y emociones que se vuelven maleza y te envuelven, como si te atraparan y llenan sólo tus sentidos, sin pensar en profundizar, sin escuchar, oyendo la música sin disfrutarla. Y no hablemos en compartir.

Estás en el reino y tienes las llaves en tus manos. Estás en el reino y tus mejores días están por venir. ¡Cada instante es mejor! Cada momento te abraza por qué te espera.

La belleza del reino, es tuya para que al verla, te reconozcas. Suéltalo todo y empieza contigo de nuevo.

Cada pensamiento es un vehículo que te transporta a ti, para que te disfrutes.

Pensamiento que te alimenta, te sostiene. No te aborta. ¡Te da vida!

Cada pensamiento quiere descubrirte, enseñarte el paraiso que eres, y la magnitud de tu mirada que lo abarca todo.

Sí logras verlo y mantenerlo. Disfrutarás de la belleza que hay para ti, en ti y conmigo.

Detente. Disponte a escuchar el sonido de la olas del mar, date tiempo…

Bienvenido, ésta magnitud está en ti. Eres tú… Disfrútate, y no te aflijas más.

Yo siempre te amo y espero mas allá del horizonte y en ti.

Esto te hace saber el Rey.

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