Se abre oficialmente al público la Zona Arqueológica de Atzompa y el Ex-Convento de Santo Domingo de Yanhuitlán, edificación del siglo XVI de la Mixteca Alta

Se trata del décimo sitio arqueológico que se dispone en el país durante este sexenio, abierto oficialmente este martes por el presidente Felipe Calderón, junto con el Ex Convento de Santo Domingo de Yanhuitlán, en la Mixteca Alta, una edificación del siglo XVI que fue sometida a un proceso de restauración integral luego de los daños que sufrió tras un sismo en 1999.

Acompañado de su esposa Margarita Zavala; el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué; y Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), el jefe del Ejecutivo destacó que al cierre de su sexenio estarán abiertas al público 14 nuevas zonas arqueológicas y 70 museos renovados. “En general se rescataban dos (sitios arqueológicos) por administración y nosotros terminaremos con 14. Hemos dedicado un gran esfuerzo y recursos a la labor de rescate arqueológico, prehispánico, colonial, y también a la museografía”, puntualizó.

Al respecto, Nelly Robles García, coordinadora nacional de Arqueología, informó que la antigua ciudad de Atzompa fue habitada entre 650 y 900 d.C., y fungió como una ciudad satélite de la urbe prehispánica de Monte Albán. El sitio fue puesto en valor con una inversión de 57 millones de pesos, aportados los gobiernos federal y estatal, y la Fundación Alfredo Harp Helú.

Desde un inicio, explicó, se planeó ligar este sitio con la plaza principal de Monte Albán —que anualmente recibe alrededor de 700 mil visitantes—, para propiciar que un porcentaje de ese turismo se dirija a esta ciudad prehispánica y luego baje a la localidad de Santa María Atzompa; “pretendemos que el desarrollo de la zona arqueológica esté ligado al de la actual población alfarera de Santa María Atzompa, misma que participó en las labores de rehabilitación del sitio”.

Atzompa tiene cuatro km² de extensión, y su área nuclear está distribuida en cuatro terrazas con pequeños montículos, templos, una unidad administrativa, un adoratorio y tres juegos de pelota, uno de ellos considerado el segundo más grande de la región zapoteca, y los dos restantes están asociados a antiguas casas de alto rango.

“Se ha planteado que en esta urbe residió la élite de Monte Albán, y se ubicó en la colina norte a fin de controlar el fértil valle de Etla, porción de la que provenía gran cantidad de tributo, así como para vigilar la Mixteca, región con la que había rivalidad”, comentó Robles García, también directora del Proyecto Arqueológico Conjunto Monumental de Atzompa.

“Las primeras exploraciones —dijo— se realizaron en los años 40, a cargo de Jorge Acosta, arqueólogo que formó parte del equipo de Alfonso Caso; él fue enviado a realizar pequeñas excavaciones, las cuales se concentraron en los complejos más importantes: las casas de Oriente y de los Altares”.

Por su parte, el arqueólogo Jaime Vera, responsable de los trabajos de exploración de Atzompa en temporadas recientes, comentó que el recorrido por esta nueva zona arqueológica comienza por el mismo acceso que utilizaron los zapotecos en la época prehispánica, “una escalinata que conduce a una especie de pasillo, flanqueado por el Edificio 16 —que debió ser usado para vigilar el área— y la fachada poniente de la llamada Casa de Oriente”.

Esta última construcción, precisó, está integrada por un patio central rodeado de plataformas rectangulares y nichos; se cree que fue una unidad administrativa en la que se recibía a los visitantes que llegaban a la ciudad, quizá para generar un tipo de alianza, traer algún tributo o establecer alguna relación de orden político.

Contiguo a la Casa de Oriente se halla el Juego de Pelota III, cuya cancha (de 20 metros de longitud) tiene como rasgo particular una fachada con una escalinata, destacó el arqueólogo Jaime Vera.

“En la segunda terraza se ubica el juego de pelota principal, el segundo más grande del área zapoteca. La cancha, de 45 m de cabezal a cabezal, muestra el sistema constructivo tradicional de Monte Albán, es decir, el talud escalonado. En los cabezales hay una especie de nichos, quizá utilizados para algún tipo de preparación durante el ritual del juego de pelota.

“Posteriormente, en la tercera terraza, se accede a la Plaza C, espacio donde se puede contemplar la magnitud de Monte Albán, cuyo dominio se extendió desde el Mogollito (en la parte sur) hasta Atzompa (en la porción norte); se trata de una urbe que en su periodo de auge llegó a albergar a casi medio millón de personas”, indicó el arqueólogo.

En Atzompa también sobresale la llamada Casa de los Altares, complejo considerado el palacio por sus características constructivas y los elementos encontrados durante las excavaciones, como la cerámica ornamental. Junto a esta unidad se encuentra el Juego de Pelota II, de 28 m de longitud, que aún no ha sido consolidado.

La Casa de los Altares está integrada por 18 espacios al interior; en el centro tiene un patio central con remates alrededor en forma de doble escapulario —especie de cornisa— característico de Monte Albán, figuras que a su vez enmarcan el rostro de Cocijo, dios tutelar zapoteca.

Cabe destacar que asociado a dicha construcción está el Edificio 6, en cuyo interior arqueólogos del INAH descubrieron recientemente tres cámaras funerarias de más de 1,000 años de antigüedad, y que al parecer albergaron los restos de individuos de alto rango de la antigua ciudad.

Jaime Vera destacó que en las inmediaciones de la Casa de los Altares se halló un horno prehispánico para elaborar piezas de cerámica; elemento que confirma la larga tradición alfarera en Oaxaca, misma que continúa en el actual poblado de Santa María Atzompa. Este horno puede ser visto por el visitante en el espacio original donde fue hallado.

Finalmente, añadió el arqueólogo, en la parte más alta de Atzompa se ubica la Plaza A, integrada por cinco plataformas de tipo ceremonial, entre las que sobresale un adoratorio en forma de cruz.

Además del recorrido por el sitio, el público puede visitar el Museo Comunitario de Atzompa —contiguo al camino de acceso—, donde se exhiben 140 piezas prehispánicas encontradas en la zona arqueológica, entre las que destacan objetos cerámicos como ollas de grandes dimensiones, que dan cuenta de la larga tradición alfarera que hasta hoy pervive en Oaxaca.

Para exaltar dicho legado, contiguo al museo se crearon espacios para la realización de talleres y pequeñas demostraciones, a fin de que los alfareros de Atzompa muestren al visitante sus habilidades y técnicas tradicionales en la elaboración de cerámica.

También se construyó un laboratorio para el análisis y la restauración del material cerámico, restos óseos, herramientas y lítica. En este espacio trabajan gente de Santa María Atzompa y especialistas del Centro INAH-Oaxaca, personal encargado del mantenimiento de las piezas, la clasificación y el registro, la restauración y finalmente la protección de los objetos en una bodega especial.

Nelly Robles, coordinadora nacional de Arqueología de INAH, concluyó que “hoy día tenemos que reconocer que la arqueología es un gran recurso para el desarrollo de los grupos indígenas; en Oaxaca donde no tenemos industrias, la cultura puede ser una de las grandes vertientes ligadas al desarrollo, siempre cuidando que las comunidades estén cerca de este tipo proyectos y que no les resulte ajeno”.

“Desde 2007 se han capacitado cientos de personas de la población para trabajar en la puesta en valor de Atzompa, ellos saben el trabajo que implica desenterrar y consolidar un monumento, y ahora pueden coadyuvar en la conservación del sitio arqueológico que hoy abre sus puertas al público”, concluyó.        

La Zona Arqueológica de Atzompa puede ser visitada de lunes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas; temporalmente la entrada será gratuita.          

Liga de video de la Zona Arqueológica de Atzompa: http://youtu.be/Y-X-ORPkU7Y
Fuente: (INAH)

Leave a Reply