Tiempo después, cuando el instituto cerró por órdenes del presidente Antonio López de Santa Ana, se enlistó en la vida militar, bajo el ideal de que era deber de los mexicanos defender el territorio invadido, aseguran sus biógrafos.
Durante esta faceta de su vida luchó contra los conservadores en la Guerra de Reforma y tras ascender a genera en 1861, luchó contra la intervención francesa, al lado de Ignacio Zaragoza.
Dentro de su carrera militar fue jefe de la Brigada de la Sierra, de la División de operaciones del Estado de Oaxaca, recibió menciones honoríficas por el asalto y toma de la manzana inmediata al Convento de la Concepción en Oaxaca.
Otra por su arrojo en la jornada de Jalatlaco y por su combate en la batalla de Puebla; trascendió hasta convertirse en General en Jefe del Ejército de Operaciones.
Producto de sus múltiples victorias, en 1868 el presidente Juárez y el General Díaz, se cruzaronn telegramas de felicitación, al inaugurar la comunicación con la Ciudad de Oaxaca, un año antes se había casado con Delfina Ortega Díaz, su sobrina carnal, con quien procreó cinco hijos, de los cuales sólo sobrevivieron Deodato Lucas y Luz Aurora.
Luego del fallecimiento de su esposa, Díaz tuvo una aventura con una soldadera con quien tuvo una hija de nombre Amada, y se casó por segunda ocasión con Carmen Romero Rubio, mujer proveniente de una familia distinguida y de abolengo, cita el portal de internet “biografíasyvidas.com”.
Fue designado como candidato de la presidencia por el Partido Progresista, pero fue derrotado por Juárez y a su muerte, en 1872, se sublevó contra el sucesor Sebastián Lerdo de Tejada, meses antes había proclamado el “Plan de la Noria”, en el que se manifestó contra la reelección y el poder personal, así como a favor de la constitución de 1857 y de la libertad electoral.
Después de vencer a Lerdo de Tejada, fue declarado Presidente Constitucional en 1880, posteriormente se hizo reelegir y modificó la Constitución para acreditar la reelección indefinida, lo que le permitió permanecer en el poder hasta 1910, además de que mandó eliminar a todos sus adversarios políticos y controló la prensa nacional.
Pese a ello, durante su dictadura México consiguió un importante progreso económico, entre otros logros, aumentaron las inversiones de capital extranjero, lo que favoreció la construcción y expansión de la red de ferrocarriles, incrementó el desarrollo de la minería de plata, se instaló la primera línea telefónica, se exhibió el fonógrafo y nació la Universidad Nacional de México.
Se fundaron algunos bancos, se organizaron las finanzas del gobierno, se regularizó el cobro de impuestos y, poco a poco, se fueron pagando las deudas; la agricultura progresó espectacularmente en Yucatán, en Morelos y en La Laguna, con vastas producciones de henequén, caña de azúcar y algodón.
Además, se creó dos monumentos que actualmente resultan emblemáticos en la Ciudad de México, el Palacio de Bellas Artes, construido para celebrar el Centenario de la Independencia de México, comenzó a construirse en 1904 y se inauguró en 1934.
En el mismo marco, también se edificó la escultura hoy conocida como Ángel de la Independencia, inaugurada en 1910, además el ámbito intelectual se vio enriquecido y fuertemente influenciado por las corrientes europeas.
Los críticos opinan que uno de los errores de Díaz fue la mala distribución de la riqueza, pues dejó a una gran parte de la población en extrema pobreza, y se formaron enormes latifundios.
En consecuencia los indígenas perdieron tierras, y la mayor parte de los habitantes del campo tuvieron que ocuparse como peones en las haciendas.
El descontento por la miseria que vivían los mexicanos fue aumentando y se abrió una gran brecha en la sociedad mexicana, destacan historiadores.
En los últimos tiempos del mandato de Díaz, se vivió un ambiente de gran tensión y represión, destacan los hechos violentos ocurridos en las huelgas de Cananea (1906), en Sonora, y la de Río Blanco (1907), en Veracruz.
En 1908, Díaz declaró que México ya estaba preparado para tener elecciones libres, así que Francisco I. Madero, perteneciente al partido Antirreeleccionista, se postuló como candidato y obtuvo gran éxito, por lo que fue considerado como un peligro para el dictador y fue mandado encarcelar en San Luis Potosí.
Estando preso, Madero se enteró de una nueva reelección de Díaz por lo que escapó a Estados Unidos y publicó el Plan de San Luis, en el cual denunció la ilegalidad de las elecciones y desconoció a Porfirio Díaz como presidente, se declaró el mismo mandatario provisional, hasta que se realizaran nuevas elecciones.
Además llamó al pueblo para que se levantara en armas el 20 de noviembre de 1910 para así sacar del poder al dictador; seis meses después el ejército de Díaz fue vencido por las fuerzas maderistas y en 1911 se firmó la paz entre el gobierno y los sublevados.
Bajo este tenor, Porfirio Díaz salió de México y se exilió en Francia, país en el que murió el 2 de julio de 1915.
Fuente: (Notimex)