Con una Gala muy mexicana culmina el XIX Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería

Calentaban al soplar con debilidad las trompetas o deslizando el arco por el cuerpo del violín. Estaban nerviosos porque sabían que su participación sería la que culminaría el XIX Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería.

El Jarocho, arpista del Mariachi Nuevo Tecalitlán, pidió lumbre a una mujer que se encontraba sentada en una de las fuentes de la Plaza de las Américas. La mujer accedió y sacó su encendedor del bolso. El Jarocho, que con un lamido de sudor en la cara por el traje apretadísimo e impecable, jaló con desesperación de su cigarrillo, y sin que le hayan preguntado, liberó el humo y le dijo a la mujer: “Es que Zapopan es más difícil. En Guadalajara son siete veces a la semana pero aquí nada más es una vez al año”.

No se equivocó, previo a formar una corro con sus compañeros como los que arman los futbolistas antes de que inicie un partido importante, ya lo esperaban sentados sobre sillas rojas, parados sobre jardineras, en el quiosco, untados a las cercas, los zapopanos que se mantenían en silencio. La fiesta para ellos vendría con la música, y no con cualquier música, pues los mariachis tendrían que despejar con su labor el malestar que el calor causaba en los escuchas que se cubrían con lo que podían: paraguas, papeles, cachuchas.

Bien acompañados por la Orquesta Sinfónica Juvenil de Zapopan, los primeros en subir al escenario alzado en el corazón de Zapopan fueron los músicos del Mariachi Internacional de Guadalajara que entonó Bésame mucho y Cielito Lindo. Fue tal la intensidad de su participación que las palomas que de ordinario caminan perezosas por la plaza salieron volando pero sin abandonar el perímetro musical, sin alejarse mucho, como si supieran que su presencia era necesaria para dar un toque solemne a la fiesta del mariachi.

Siguió el Mariachi Nuevo Tecalitlán, los que lucían más nerviosos a pesar de haber sido el Mariachi que acompañó a Eli Guerra, Natalia Lafourcade, Lila Downs y María José en el concierto Mujeres Divinas. Los mariachis salieron con un popurrí de canciones de Camilo Sesto y Alma Llanera. Cuando bajaron del escenario la presión ya había quedado atrás y llegaron las sonrisas y el sudor.

En su oportunidad, el Mariachi América despachó de un tirón piezas de Juan Gabriel como Me nace del corazón y Amor eterno, en ese momento el sol ya había cedido ante una gorda nube gris y los músicos miraban al cielo cada tanto para observar si la lluvia podría arruinarles la tarde. Los músicos se despidieron con El Correcaminos.

Luego de culminar la primera ronda, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Zapopan se retiró del escenario y comenzaron las presentaciones individuales de los mariachis.

Fuente: (informador.com.mx)

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