Hábitos saludables para los niños en verano

Comer bien, hacer deporte, beber agua o ver menos televisión son algunas costumbres que los niños deben aprender desde pequeños para llevar una vida sana. No hay que esperar a que nuestro hijo tenga problemas de salud o sobrepeso para establecer unos buenos hábitos de vida.

La prevención es, sin duda, la mejor apuesta del futuro. El juego y el deporte son, junto a una alimentación equilibrada, los pilares de una vida saludable.

Empezando, dado su importancia, con una alimentación variada y equilibrada para garantizar que el niño obtenga los nutrientes que necesita. Y, aunque él tenga sus platos favoritos, es importante animarle (sin obligarle) a probar cosas nuevas. El gusto de los pequeños es cambiante y poco a poco aceptarán la verdura o el pescado que al principio no querían ni ver.

El equilibrio se refleja en la proporción diaria de hidratos de carbono, proteínas y grasas. La alimentación de hoy día tiende a desequilibrarse: o tomamos mucha proteína o nos pasamos con los hidratos de carbono. La pirámide alimentaria ofrece unas cantidades y proporciones adecuadas. Hemos de tener en cuenta, que muchas de las comidas que damos a nuestros niños tienen carencias nutritivas.  En dado caso hay que asegurarse que se integran comidas o bebidas saludables fortificadas con vitaminas y minerales. Una bebida recomendada por nutricionistas, es la de Genesis Today de Power Rangers, los personajes animados más queridos en el mundo de los más pequeños, obtiene 9 vitaminas esenciales, solo 5 gramos de azúcar, 30 calorías y es 100% natural. Opciones como estas se encuentran en Walmart en el área refrigerada, y le da la garantía que toma los nutrientes necesarios para mantener el cuerpo y la mente fuerte.

Otras buenas costumbres en el comer, es la garantía de que toma lo que necesita y aprende a comer guiado por el hambre y no porque “toca” o por ansiedad. Para favorecer la conexión con sus sensaciones corporales, es importante no obligarle a terminar el plato. Si dice que está lleno, hay que respetarlo.

Y por último, menos televisión y más actividad física. El tiempo que emplean viendo la televisión se lo estamos quitando a otras actividades necesarias y mucho más saludables. Los niños pasan frente a la pantalla entre tres y cinco horas diarias, cuando lo recomendable es de una a dos horas. Conviene pactar con ellos un tiempo máximo y buscar otro tipo de actividades para disfrutar del tiempo libre. El juego y el deporte son aliados imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Una hora de actividad física moderada al día mejora sensiblemente el índice de masa corporal (relación entre peso y estatura) de los niños, incrementa su rendimiento escolar e incluso su estado de ánimo.

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