Mi pintura no va tras una profunda búsqueda, simplemente es un juego: Leonardo Nierman

El pintor habla de su oficio, del ser artista, y señala que una de las grandes bondades de esto “es que el creador tiene más libertades que cualquier otro ser humano. Si un cuadro, un poema, no te sale bien, no hay problema. Pero si haces una neurocirugía y te sale mal, eso sí es grave”.

Por eso, indica que los artistas no deben sustentar su trabajo en las trampas de la vanidad, del intelecto, de la informática o la tecnología, porque “finalmente el arte es un juego”.

“Durante los últimos 50 años he jugado con los colores a las trampas de la inteligencia. Prefiero apoyarme en la intuición, en el sueño y sobre todo huir de la vulgaridad llamada realidad”, agrega.

En entrevista  para Crónica, Leonardo Nierman, quien acaba de presentar una pieza en la exposición El 5 de mayo de 1862. Uriarte talavera contemporánea, que se exhibe en el Museo Franz Mayer, señala que el pintor no debe crear con el fin de complacer a una imaginaria clientela, porque la obra se vuelve un producto muy contaminado y sin la comunicación entre el alma del artista y sus piezas elaboradas.

Por eso, explica, el creador no debe pensar cuando está creando. “El intelecto estorba, porque pintar y pensar de manera simultánea es como aquel individuo que se va de luna de miel y se lleva un instructivo. Pues no, no es conveniente”.

Porque la pintura, la música, el arte en general, son una aventura sencilla y deslumbrante. “El arte debe tener ese enfoque de juego, de la misma manera que en español se dice tocar el piano o tocar el violín, en inglés se dice to play piano, to play music. Sustancialmente hay un to play, que significa también jugar”.

“Yo no quisiera nunca sentir que el acto de pintar se defina como un trabajo, porque dejaría de ser ese juego agradable”, añade.

Leonardo Nierman reflexiona un poco y asegura que el arte es también una serie de sorprendentes sistemas de simplificaciones relacionados con “mi misma vida”. Por ejemplo, añade, “no opino si un cuadro es bueno o no. Lo que digo es si me despierta emociones o no. Eso mismo pasa con la música”.

Sobre su método para pintar, Leonardo asegura que lo esencial es la sorpresa. “Es mi único incentivo”. Al respecto cuenta que él tiene una gran colección de discos, pero no la escoge para pintar.

“Si escojo a Debussy, lo más probable es que me sumerja en la siesta del fauno. Ese es el riesgo de programar música cuando pinto, que se sistematiza mi estado de ánimo y se pierde la espontaneidad y lo inesperado nunca sucede.

“Por eso escojo la radio y si en ese momento suena una sinfonía de Offenbach, como los cuentos de Hoffman, seguramente que las notas que estoy escuchando van a girar de manera alegre en mi pintura.

“La sorpresa que me ofrece la radio es esencial y creo que la pintura requiere de ese momento de magia de lo inesperado, porque a un pintor todo le afecta en su obra para bien o mal, incluso si viviera en una cápsula espacial.

Fuente: (cronica.com.mx)

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