Carlos Fuentes, un grande de las letras, será homenajeado en el Palacio de Bellas Artes

Su repentina ausencia es sensible, pero deja un vasto legado de más de 20 novelas como La región más transparente, Terra Nostra, La muerte de Artemio Cruz, Cristóbal Nonato, Aura o Gringo viejo. También fue ensayista, cuentista,  guionista, dramaturgo y escribió una ópera: Santa Anna. Además, defensor del idioma español y en 1975  fue embajador de México en Francia, cargo al que renunció en 1977 en protesta contra el nombramiento del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz como primer embajador de México en España.

Por esto, Fuentes es una de las figuras irremplazables en la escena cultural, social y política del país. Su ausencia definitiva y repentina, es como dijo Álvaro Mutis: “Una catástrofe muy grande”. Su cuerpo fue velado de manera privada en su casa en San Jerónimo.

El CONACULTA anunció que hoy a las 12:00 horas se realizará en el Palacio de Bellas Artes un homenaje de cuerpo presente. Mientras la editorial Alfaguara indicó que dejó dos libros listos para su publicación: uno titulado Personas, un ensayo sobre los 20 personajes que más le influyeron durante su vida y será publicado en junio. El otro es su novela Federico en su balcón, un diálogo con Friedrich Nietzsche y el cual iba a presentar en noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

VITAL. El científico René Drucker señala que la muerte de Fuentes “es la pérdida de un gran mexicano. Un personaje emblemático para la nación, una persona muy influyente en todos los ámbitos, no sólo en lo literario sino en el político. Sus postura, como hombre progresista, se hicieron sentir en el país y ese será uno de los ámbitos donde se sentirá su ausencia”.

“Como escritor, dejó novelas fundamentales para la nación, por ejemplo La región más transparente, que es una gran aportación para entendernos. Yo esperaría que muchos jóvenes ya lo conozcan, pero si yo tuviera cerca a un niño y le hablara sobre quiénes han sido los personajes destacados de México surgiría el nombre de Carlos Fuentes.

Ignacio Padilla señala que Fuentes estaba destinado a convertirse en un articulador de la literatura y la realidad, sin embargo, “al margen de la grandeza de su obra está la enormidad de su persona como intelectual. Siempre lo he considerado el gran constructor de la literatura, pues sin él no existirían los puentes ni la arquitectura y el andamiaje que hoy conocemos”.

El escritor y académico correspondiente en Querétaro por la Academia Mexicana de la Lengua (AML) dice que, en su opinión, La región más transparente, obra cumbre de Fuentes, “no sólo es una piedra angular en la literatura mexicana, sino en la historia de la literatura y en la literatura sobre la idea de ciudad. “Es el gran mural lingüístico, histórico, social, psicológico, pero creo que para el mundo este libro recoge los grandes descubrimientos de la literatura estadunidense urbana, particularmente lo realizado por John Dos Passos, para traducir el gran fenómeno urbano del siglo XX, esa metrópoli latinoamericana y monstruosa que ya no nos defiende, sino que nos devora.

Y sobre su trabajo como ensayista en La nueva novela hispanoamericana (1969) y La gran novela latinoamericana (2011), demuestra “su constante avidez por seguir aprendiendo, su disciplina fuera de lo común para leer a sus contemporáneos y desde luego su lucidez y capacidad estilística, lingüística y retórica para expresar lo que entiende y ve de la literatura de sus maestros, sus contemporáneos y seguidores”.

EL ADIÓS. Apenas el lunes pasado, Carlos Fuentes recibía el que sería su último reconocimiento: el Honoris Causa por la Universidad de las Islas Baleares de España. Recién había regresado a México de un largo viaje -un mes- por Estados Unidos, Brasil, Buenos Aires y Chile. Pero ayer, a las 12:15 horas, fallecía de manera imprevista a causa de una hemorragia masiva en el tubo digestivo en el Hospital Ángeles al sur de la ciudad de México.

El médico internista Arturo Ballesteros, quien atendió a Fuentes, dijo que a las 05:00 horas el escritor se bañaba cuando tuvo un vómito y se desmayó. Su esposa, añade, Silvia Lemus, se dio cuenta del estado de su esposo y llamó para que lo atendiéramos.

“Desgraciadamente cuando llegamos a su hogar, Don Carlos ya estaba en shock. Por lo que lo trasladamos al Hospital Ángeles, pero las labores para rehabilitarlo, no sirvieron”, agrega.  Sobre las causas del deceso, Arturo Ballesteros indica que la hemorragia masiva es posible se por la ingesta de una aspirina o una úlcera.

Fuente: (cronica.com.mx/Adrián Figueroa, Juan Carlos Talavera, Antimio Cruz e Isaac Torres )

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