¡Viva la “Fiesta Brava”!, ¡Viva Aguascalientes!, Juan Pablo Sánchez, Manzanares y Castella logran la “Puerta Grande”

El triunfador fue el debutante en este coso y en la feria, el alicantino José María Manzanares, al lograr una estrecha comunión con el público teniendo como medio para ello su arte inconmensurable. Cortó cuatro orejas y obtuvo el trofeo en disputa. En tanto, el galo Sebastián Castella logró el indulto de su segundo astado entre la polémica que se desató pero su trasteo brilló por sí sólo. Juan Pablo Sánchez a base de buscar el triunfo que la espada le había venido negando, fue en un toro de regalo con el que por fin lo alcanzó al cortarle dos apéndices a base de jugarse la existencia. Y Arturo Saldívar se privó de cortar los máximos trofeos por no acertar con el acero, pero igualmente sus trasteos fueron de un alto nivel.

De esta manera, ante un casi lleno y en tarde calurosa, se lidiaron seis astados de San Miguel de Mimiahuápam, uno de ellos de regalo, siendo muy bueno el quinto, que fue indultado; el cuarto que mereció el arrastre lento y el sexto también dio buen juego. El primero fue regular, el séptimo y el de obsequio fueron complicados. Dos de Begoña, el segundo bueno y el octavo complicado. Y uno de Santa Teresa, difícil. Algunos de ellos inclusive acusando debilidad.

ESTÁ EN GRAN MOMENTO

El francés Sebastián Castella, vestido de azul marino y oro, faja y corbatín en negro, además de lucir un par de parches ortopédicos en la región cervical a causa de la fea forma en que cayó el día anterior, en el astado que abrió plaza simplemente bregó y con la muleta ha cuajado una faena más que empeñosa y torera por ambos lados, destacando por mucho las series por el pitón derecho de un astado nada fácil y que por momentos provocara que el trasteo fuera intermitente. Se tiró a matar para dejar una estocada certera y ser llamado a saludar desde el tercio.

A su segundo, “Amor Lindo”, lo lanceó con clase y calidad para luego quitar por chicuelinas y tafalleras. Con la tela escarlata ha cuajado una faena pletórica de variedad e inspiración comenzando con dos pases cambiados por la espalda, el de pecho y un desdén, además de una trincherilla por el pitón derecho. Pero vino lo mejor, el toreo en un palmo de terreno, sin reponerlo, con las dos manos, aunque lo realizado por el derecho fue de espléndido arte, temple y dimensión a otro gran astado, escuchando también “Pelea de Gallos”. Y siguió en ese tenor ligando en un espacio así de pequeño, más derechazos, en redondo, los cambiados por la espalda y demás adornos, sobresaliendo sus castellinas agarrando del clavo la muleta. Hubo petición de indulto en tanto que el espada galo seguía disfrutando del toreo. Se concedió el perdón y Sebastián simuló la muerte entre división de opiniones y así, en medio de la polémica, en las alturas, el torero dio la vuelta al ruedo. Nos hubiera gustado más que entrara a matar pero así se dieron las cosas.

CAYÓ DE PIE

De azul marino y oro, faja y corbatín en negro igualmente pero este menos recamado en el metal dorado, el alicantino José María Manzanares, debutante en esta plaza y en esta feria, en su primero, “Saludable”, veroniqueó con clase pero con la sarga instrumentó una faena cerebral y torera por el pitón derecho, llevando bien metido en el engaño al astado. Por el lado contrario ligó pases a media altura, consintiendo al buen begoñés y haciéndose de él. Siguió por el perfil diestro y no obstante dos desarmes continuó por ahí, persistiendo y logrando estupendos momentos que remató con los de pecho, trinchera y cambios de mano por delante. Terminó de estoconazo para obtener las orejas.

En el segundo que le tocó en suerte, “Siempre Así”, bregó de manera esencial, cuidando y enseñando al “socio”, labor torera que se reflejó en su trasteo con la franela, entendiendo más que bien y descubriendo a un toro sometido que fue a más y mejor a cada momento. Series de muletazos de gran exposición por el pitón derecho sin descuidar, en ningún momento, el tiempo y el espacio de las tandas. Lo mismo hizo por el izquierdo al recrearse en cada uno de los lances. Volvió por el derecho a tirar tela con temple y largueza, plenos de pureza y de las más honda tersura, incluido el desempeño inspirado en redondo lleno de autoabandono. Se perfiló para entrar a matar y en corto y por derecho dejó, citando para recibir, una estocada caída, pero la forma en que planteó la suerte fue brillante y por ello se le otorgaron otros dos apéndices y con ello hizo “romper la feria”. No podemos soslayar, después de paladear tanto arte, la salida al tercio de su banderillero de confianza, el ibérico Juan José Trujillo.

LO BUSCÓ Y LO ENCONTRÓ

El aguascalentense Juan Pablo Sánchez, de negro y oro, faja y corbatín en negro, en el primero de su lote nada hizo con el capote. Buena vara de Héctor Cobos y estupendos pares de banderillas de Gustavo Campos para ser llamado a saludar desde el tercio. Con la muleta, a un toro sin chiste, desaborío, que no lo dejaba estar, le intentó el lucimiento sin fortuna siendo protestado de manera injustificada. Mató pronto y bien.

En su segundo veroniqueó con atingencia y tras la pica el toro metió los pitones en la arena dando una maroma que le afectó demasiado en su desempeño. Aun así Juan Pablo, entendiendo las condiciones en contra de su labor, le pisó los terrenos para sacarle muletazos de mérito ante la incomprensión del respetable. No hubo más que hacer y mató acertada estocada.

Regaló un astado, el segundo reserva, “Positivo” de San Miguel de Mimiahuápam, al que recibió cerrado en tablas, de rodillas, salió el toro a las tablas y saltó al callejón, cerca de la puerta de arrastre, a un lado del burladero de aviso. Regresó al ruedo y Juan Pablo lo lanceó bien a la verónica. Las condiciones no eran las idóneas para triunfar pero gracias a la entrega sin reserva y el celo profesional del torero logró ejecutar una faena de inusitado valor, inmerso todo en el deseo que mostró en su inverosímil aguante y valentía serena, sabedor de que estaba sometiendo a un astado que quedó muy mermado de facultades luego de visitar el callejón. Sacó muletazos de donde no los había y cuando el trasteo entró en la parte de jugarse la vida de verdad, al momento de hacer el toreo de hinojos en las alturas sonaban las notas musicales de “Pelea de Gallos”. Fue tanto el poder muletero de Juan Pablo que logró dar torear en redondo entre gritos de ¡torero! Terminó de estocada entera efectiva y para él fueron las dos orejas.

DEJÓ IR OTRO TRIUNFO

De lila y oro, faja y corbatín en negro, el también anfitrión Arturo Saldívar al primero que le tocó lidiar, “Alegre”, lo lanceó bien a la verónica. Su quehacer muleteril, brindado al subalterno en retiro Elías Esparza, lo inició estatuariamente con dos pases por alto de costado, el de la firma y el de pecho, vino una pausa y le endilgó un cambiado por la espalda para ligar derechazos de estupenda factura, siendo por ahí, básicamente, todo el trasteo. Más series diestras con enorme temple teniendo como fondo musical “Pelea de Gallos”. Surgieron entonces los momentos álgidos cuando hizo el toreo en redondo y adornos que iluminaron su obra de arte purísimo en un palmo de terreno. Trincherazos, desdenes, los forzados de pecho, molinetes, vitolinas, dosantinas y girondinas entre gritos de ¡torero! Todo un compendio de bien torear pero a la hora buena dejó un pinchazo hondo y cinco golpes de descabello ante el desencanto del público, dejando ir un importante triunfo. Sin embargo, esa misma concurrencia lo cobijó con una gran ovación en el tercio y al estupendo toro se le dio arrastre lento.

En el segundo de su lote, tras estar voluntarioso con el capote, Arturo sin aburrirse de estar en la cara del toro, además de tener la sabiduría necesaria para esperar a los astados, logró una faena de mucho mérito ligando muletazos importantes con las dos manos, principalmente con la derecha, obligando y pisando terrenos prohibidos que no supo reconocerle el conclave. Manoletinas ajustadas y desdeñoso ayudado por bajo como colofón para finiquitar de media estocada trasera y tres golpes de descabello, siendo aplaudido.

Vaya tarde de toros hemos podido presenciar. La gente salió toreando de la plaza extasiada por lo visto en cuatro diferentes formas de interpretar el toreo pero con el mismo rumbo del arte y del valor. ¡Enhorabuena Fiesta Brava!

Al final, tras ponerse de acuerdo el jurado compuesto por el doctor Alfonso Pérez Romo, don Humberto Elizondo y don Julio Díaz Torre decidieron otorgar la II Medalla “San Marcos de Plata” al diestro alicantino José María Manzanares para al final ser paseado en hombros junto con Juan Pablo Sánchez y el galo Sebastián Castella.

SEGURIDAD OMEGA, MUY MAL

Entendemos que el cuerpo de Seguridad Omega está en las puertas de acceso a la plaza Monumental para guardar el orden pero hay algunos elementos a los que este lunes se les “fueron las cabras” al no tener el más mínimo criterio para tratar a la prensa que, al final de cuentas, a ella se debe la difusión, en este caso, del espectáculo taurino.

En lo personal fui víctima de un inoperante integrante de este cuerpo de seguridad al impedir que saliera a tiempo del coso para cumplir con mi trabajo, lo mismo que al colega del Distrito Federal, Guillermo Salas, a quien prácticamente junto con su mujer y a mi con la mía, nos empujaron de manera agresiva y poniéndonos en contra a parte del público que salía. Todos tenemos labor que hacer y para ello hay que tener respeto. Ahí se los dejo de tarea.

Ficha: Monumental de Aguascalientes. Séptima corrida de feria, con el tendido casi lleno, toros de San Miguel de Mimiahuapam para Sebastián Castella (azul noche y oro con remates blancos) al tercio e  indultó a “Amor Mío”, número 73 de 525 kg. ; José María Manzanares (azul noche y oro con remates en blanco) dos orejas y dos orejas ; Juan Pablo Sánchez (luto y oro con remates en blanco) silencio, leves palmas y  dos orejas en el de regalo; y Arturo Saldívar (nazareno y oro) al tercio con gran ovación y palmas.

Fotos: Emilio Méndez

Fuente: (CONACULTA) (INAH) (Notimex) (Agencias) (informador.com.mx) (suertematador.com)

 

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