El tiempo muestra en su proceso el camino a seguir. La distancia acorta el tiempo.
Reconciliación es la clave. Reconciliate contigo, sé tolerante en elementos basicamente sencillos y así estarás en acuerdo contigo en los principios fundamentales. La distancia te alienta a la tolerancia.
Quiero amarte y que veas la libertad de éste el amor mío. La costumbre arruina el encuentro y deja de sorprender la belleza del amor. No permitas que tú humanidad te alcance. Cuando permaneces en la carne, se oculta el Espiritú , quien te transportó a la mejor experiencia de ti y ahí es donde al amarte te llevo y al tú permitirlo eres movido. Si lo ignoras, no.
La persecusión insensante de tus propios pensamientos, te abruma. Frénarlos, gobiérnarlos, ello te permitirá aclarar tu siguiente experiencia. Sobornar tus sentimientos al otorgandoles mayor valor sin equiparar y sin separar la verdad de la mentira; logrará confundirte. Calla, escucha, escuchaté, reflexiona, y pregúntate para que brote la respuesta. No sólo reacciones o supongas.
Mi amor es incondicional y te abarca cuando en tí se están procesando y resolviendo las más grandes batallas.
Espera, no te inquietes, date y otorga al proceso interior llamado tiempo, dirección. Al haberte envuelto en Mi amor y resonado las campanas, podrás continuar reconociendo ¿Quién te llamó? ¿Quién te guió? y ¿Quién? de la mano te lleva a tu paz interior.
Permanece aquí, así conmigo y no abrá viento que modifique la distancia, solo consolidará tu estancia, fortaleciendo la realidad en tu ser. Mi Espiritú en ti. Es tiempo.
Esto te hace saber el Rey
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