La obra fue escrita como un homenaje a la mujer pensante, asegura Schmidhuber, académico experto en la obra de sor Juana Inés de la Cruz. En el drama, durante los años veinte, Dorothy Schons le comunica a un colega su inquietud de ofrecer un curso en la Universidad de Texas sobre la poetisa mexicana; el académico le espeta: “No existe mujer en la literatura moderna que merezca un curso universitario”.
“Dorothy fue la primera mujer que investigó a sor Juana y tuvo muchos problemas mientras trabajaba en la Universidad de Texas. En el país donde se inventó la liberación femenina, Estados Unidos, en el fondo muchas mujeres sufrieron lo mismo que sufrió sor Juana en el Silgo XVII. La amistad es secreta porque en el fondo Dorothy Schons, cuando tenía problemas, imaginaba cómo le hizo sor Juana para triunfar como mujer pensante”, dice el autor.
Schmidhuber, quien el viernes pasado presenció la puesta en escena de esta obra en el Museo de Arte de Zapopan (tiene cien libros publicados y 40 piezas de teatro), afirma que el teatro es tan importante como la poesía y la novela. Una de sus constantes cuando escribe dramas es descubrir cuál es el verdadero sentido de la felicidad. El teatro como “laboratorio de la felicidad”. Dice que si colocáramos a ambas protagonistas en el Siglo XXI, Dorothy hubiera sido una mujer muy exitosa y no se hubiera suicidado; y sor Juana se dedicaría no a exigir los derechos de las mujeres a expresarse, sino a adelantar el pensamiento femenino.
El también ex secretario de Cultura, ha escrito piezas en las que representa a Elena Garro cuando recibe la noticia de la muerte de Octavio Paz; la muerte de Juan José Arreola, entro otras situaciones.
Fuente: (informador.com.mx)
