A los mansos también se les torea. ¡Viva México!

Ah! pero usted lo que está pidiendo es la perfección, y ya sabemos que la perfección no existe. Bueno, pero hay que buscarla, y la obligación y devoción de aficionados y ganaderos es, como mínimo, pedirla. ¿Y no  sería mejor para el público y -sobre todo- para los toreros el bobalicón, el tonto, flojito, “que se deje” (curiosa frase para analizar y que emplean los taurinos)?. Pues, crucifíquenme, entre los anteriores y los del Conde, me quedo con estos. En los caballos, a donde costaba un mundo llevarles, sacaban más genio que otra cosa, embestían a oleadas cuando no se les daba la la lidia adecuada y hacían alarde de su mansedumbre desde la salida de toriles hasta su muerte. Por cierto, en la Real Maestranza no se debe pedir con palmas de tango la devolución de un toro por manso. Eso, ni en Villaborregos de abajo.

Y qué se puede hacer con los mansos?. Los que hayan visto en la plaza ó por televisión a  Joselito Adame tienen el tratado muy parecido a la realidad. Primero hay que venir dispuesto, y Adame lo estuvo, después hay que lidiarlos, doblarse por bajo (como lo hizo en su primero) presentarles la muleta muy adelantada (¡qué descubrimiento para algunos!), aguantarles, templarlos y enseñarles a embestir. Y todo eso lo ha hecho Adame, con más éxito en el sexto porque su primero terminó por echarse, aunando a su mansedumbre algo raro que los veterinarios tendrían que analizar. Además ha toreado con variedad -bendita variedad- con el capote y ha intervenido en todos sus quites con chicuelitas, delantales, lopecinas…- Por último, hace muy bien la suerte de matar y..por todo ello triunfa. México ha traído la esperanzadora representación de sus diestros con la profundidad y el valor de Silveti el sábado, y la toreria a raudales de Joselito Adame.

Bolivar ha estado voluntarioso, esforzado y ha sacado, sobre todo al cuarto, agua de donde no había. Buena estocada en ese toro.

Cortés no ha aprovechado un buen pitón izquierdo de su primero como merecía, aunque sobresalieron un par de naturales. Y una recomendación: a los toros se les habla, se les ayuda a embestir con la voz, pero no se les pega vozarrones que asustan a los toros y a algunos del tendido.

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