Concluyen restauración de murales que aluden al dios Quetzalcóatl en “El Tajín”

La restauradora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, Dulce María Grimaldi Sierra, responsable de esta rehabilitación, explicó que el proceso de recuperación constó en la eliminación de sales de carbonato de calcio, producidas por la humedad y las filtraciones de agua.

Además de la corrección de los resanes aplicados anteriormente, fijado de capa pictórica y consolidación del sustrato, señaló Grimaldi Sierra, según da cuenta un comunicado del INAH.

En el documento, la experta explicó que la intervención de los murales se complementó con una serie de actividades de registro, documentación, diagnóstico, monitoreo de intervenciones anteriores e investigación de los mismos; acciones que se realizaron con recursos del Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica del INAH, y de la delegación de este Instituto en Veracruz.

En la actualidad, compartió, se realiza un estudio para determinar la técnica pictórica empleada en el Palacio de los Murales, que se presume están elaboradas en técnica mixta.

A decir de la especialista, los autores de los murales tenían una técnica muy depurada, pues las figuras “están trazadas con gran detalle y precisión, donde los motivos se repiten, pero de uno a otro van cambiando en pequeños detalles.

Estas pinturas además tuvieron un función ritual y nos muestran aspectos de la religión de los antiguos habitantes de la metrópoli totonaca”.

La restauradora destacó que la obra mural muestra la representación de grecas y volutas, que aluden al dios Quetzalcóatl, y también figuras zoomorfas que fueron pintadas con gran detalle con representaciones de hombres-peces, hombres-reptiles y “un felino con cabeza y extremidades humanas, además de un caracol, con partes humanas cubiertas con plumas de ave”.

Durante los tres años que duró este trabajo, detalló la especialista se atendieron tres frentes del edificio, que tienen obra pictórica, y en algunas zonas se retiraron capas de polímero sintéticos, que fueron aplicadas a la pintura en los años 90, y que con el paso del tiempo presentó deterioros al interactuar con el medio ambiente.

Grimaldi Sierra recordó que cuando los murales fueron descubiertos a principios de los años 90, quedaron a la intemperie, por lo que para protegerlos se colocó una techumbre de material orgánico. Actualmente esta cubierta ha sido remplazada por una nueva palapa, da cuenta el documento.

Finalmente, la restauradora afirmó que para este año se prevé realizar estudios con georradar al Edificio I, que estará a cargo del doctor José Ortega, del INAH, mediante los cuales se podrá observar al interior del mismo, con el objeto de detectar escurrimientos de agua y otros deterioros internos en la estructura.

Fuente: (Notimex)

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