La delegada de la CDI, Diana Canto Moreno, explicó que es parte del impulso que darán las comunidades mayas; está integrado por 15 proyectos eco-turísticos, de turismo alternativo y rural.
Estos proyectos se desarrollan en comunidades que poseen atractivos naturales como cenotes, reservas, playas rodeadas de exuberante vegetación y fauna regional, explicó en entrevista.
“En el estado, las comunidades indígenas empiezan a despertar su interés por incorporarse a la industria turística como una alternativa de subsistencia, que deja satisfecho a sus visitantes al ofrecer productos únicos de interés para vivir aventuras en selvas y cenotes de Yucatán”, señaló.
En los últimos tres años la CDI ha invertido 32 millones de pesos en proyectos de este tipo, que son realizados por grupos de ocho a 20 personas, quienes pueden recibir hasta un millón 500 mil pesos en financiamiento.
Recordó que en 2007 Yucatán apenas contaba con un proyecto de carácter ejidal, “actualmente se tienen 15 que forman parte del catálogo Aventura Maya que se promueve a nivel local, nacional e internacional”.
Entre los municipios beneficiados se encuentran Celestún, Dzilam de Bravo, Ek Balam, Yokdzonot, San Antonio Mulix, Sabacché, Grutas de Santa Rita, San Felipe, entre otros.
Canto Moreno consideró que los grandes puntos turísticos de la entidad como Chichén Itzá y Uxmal captan decenas de miles de turistas al año, pero la realidad es que las ganancias no siempre llegan a los indígenas que habitan en las poblaciones cercanas.
“Aventura Maya ha dado buenos resultados en ese sentido y mantiene activo el sector en ecoturístico en el estado”, finalizó.
Fuente: (Notimex)
