CONACULTA, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, presentó este recital-homenaje al músico en ocasión de su primer aniversario luctuoso, para lo cual interpretó el ballet Días de los Muertos bajo la conducción de Juan Carlos Lombardo, como director huésped.
Dividida en dos actos, la obra fue escrita por Toussaint por encargo del Ballet Arizona a finales de los años 90, y fue estrenada por la Sinfónica de Phoenix en 1997.
En esta ocasión, en el Palacio de Bellas Artes sólo se interpretó la música. La pieza está plagada de evocaciones al movimiento y a la tradición ancestral que le da título, lo cual explica la presencia también de evocaciones sonoras provenientes de la tradición popular mexicana.
Para esta presentación, Shari Mason fue la violinista asignada como concertino; al igual que el resto de la orquesta, el desempeño de los ejecutantes se mostró siempre enfocado en los detalles de cada uno de los movimientos que integran esta composición, que requiere de una gran delicadeza.
De una manera intensa cuando era necesario, y preciosista hacia el final de la mayoría de las secciones del ballet, la OSN ofreció una velada llena de un elevado nivel interpretativo, al que se sumó la cautivadora propuesta de Toussaint.
Algunos de los pasajes que requirieron mayor dominio técnico corresponden precisamente a los que evocan la fiesta tradicional del Día de muertos en México, por lo que las imágenes que invocan hacen imaginar la transición hacia el inframundo, o ambientes etéreos por los que seguramente deambulan quienes han fallecido.
Si bien la producción de Eugenio Toussaint es reconocida por sus aportes al jazz en la escena mexicana, obras como ésta ponen de manifiesto que como compositor poseía una paleta muy amplia de posibilidades expresivas, en las que de igual manera generó originales aportaciones.
Fuente: (CONACULTA)
