Exhiben ajuar funerario de quien ha sido nombrado por la comunidad como el “Señor de Chiapa de Corzo”

Tiene más de dos mil 500 años de antigüedad y fue descubierto en 2010 en el Montículo 11

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- 29 de Enero de 2012.- El ajuar funerario de un personaje de alto rango que vivió hace más de dos mil 500 años, y cuyos restos fueron hallados en el sitio prehispánico de Chiapa de Corzo, Chiapas, pueden ser apreciados por el público en la exposición ‘Arqueología del nuevo milenio en Chiapas”, que se exhibe en el Museo Regional de Chiapa de Corzo.

La muestra está integrada por más de 100 piezas, entre las que destacan esculturas, cerámica, lítica, pulidores y joyería de jade, cuya antiguedad abarca del periodo Preclásico al Posclásico (1000 a.C.-1500 d.C.), así lo informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.

La exhibición, que podrá ser visitada hasta finales de mayo próximo, busca dar un panorama general del devenir prehispánico de Chiapas, con el asentamiento de civilizaciones antiguas, como la olmeca, maya, zoque y chiapaneca, hasta la llegada de los españoles.

Entre las piezas que los visitantes podrán apreciar está el ajuar funerario de quien ha sido nombrado por la comunidad el “Señor de Chiapa de Corzo”, y que fue descubierto en 2010 en el Montículo 11 de esa zona arqueológica local.

Al respecto, el delegado del INAH en Chiapas, Emiliano Gallaga, mencionó: ‘”Hasta el momento se desconoce de qué personaje se trata, ya que no existe escritura glífica que lo indique; sin embargo, consideramos que fue un individuo perteneciente a la elite, por el tipo de ornamentos que le acompañaban, muchos de ellos de jade, piedra semipreciosa a la que en la antiguedad se le daba gran valor”.

Explicó que se trata de la osamenta de un hombre que al morir debió de tener alrededor de 50 años; su ofrenda se integraba por 10 vasijas de cerámica semicompletas, con diferentes estilos monócromos, y un ajuar con más de mil 500 piezas de jade.

Entre ellas collares, pulseras, orejeras, ajorcas, un faldellín decorado con jade, perlas de río, cuentas de pirita y ámbar, un espejo de pirita, pulidores y varias hachas, así como una concha que le cubría el rostro a manera de máscara.

El también arqueólogo apuntó que varios de estos objetos prehispánicos forman parte de la exposición, con el fin de ejemplificar la importancia de este antiguo personaje, del cual aún se desconoce su filiación étnica, pues cronológicamente el fechamiento de las piezas lo sitúan dentro del periodo olmeca, entre 700 y 500 a. C.

Sin embargo, la ubicación del depósito funerario corresponde al asentamiento de la cultura zoque, la cual se desarrolló en Chiapa de Corzo de 1500 o 1000 a.C.-700 d.C., razón por la que continúa la investigación.

Gallaga destacó que de las obras que integran la muestra sobresale una escultura en piedra granito, recuperada durante excavaciones de 2010 en la Zona Arqueológica de Iglesia Vieja y la cual tiene esculpido el perfil de la cabeza de un águila, ave feroz y fuerte dentro de las creencias mesoamericanas.

Para los especialistas del INAH, la escultura, de 89 centímetros de largo y 28 de alto que presenta una espiga hace referencia a un elemento arquitectónico que iba empotrado en algún edificio o muro.

O incluso que pudo haber funcionado como alfarda de alguna parte del sitio prehispánico de Iglesia Vieja, el cual, quizá, fue la capital regional de la cultura zoque durante el periodo Clásico (250-900 d.C.).

En “Arqueología del nuevo milenio en Chiapas” destacan por su antiguedad, un espejo de magnetita y la cabeza de una figurilla antropomorfa, que datan del periodo Preclásico Medio (800-600 a.C.). Ambas piezas proceden del sitio prehispánico Cantón Corralito, en el Soconusco, el cual tuvo presencia olmeca de 1200 a 600 a.C.

“También es de gran relevancia una estela de dos metros de altura que tiene representada la figura de un guerrero parado sobre un prisionero de guerra o sacrificado, y que tiene un cetro en una mano y en la otra una bolsa, posiblemente con copal”, mencionó el arqueólogo.

El delegado del INAH en Chiapas señaló que este monumento se halló a mediados de 2011 en la zona arqueológica maya de Lagartero, cuyo auge fue durante el periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.), y la cual se abrirá este año al público.

Detalló que la muestra se divide en cuatro módulos a partir de regiones geográficas, el primero de éstos abarca la zona del Soconusco y la costa de Chiapas, donde se da un panorama del patrón de asentamiento y años de ocupación de esa área, y se muestran los hallazgos recientes de las zonas arqueológicas de Cantón Corralito, Ojo de agua y Mazatán.

El segundo, bajo el título “Los Altos de Chiapas”, ejemplifica las investigaciones realizadas principalmente en las zonas prehispánicas de Lagartero, en el municipio de Alcalá, y Tenam Puente, en Comitán de Domínguez, donde se han recuperado materiales arqueológicos que aportan nuevos datos sobre los mayas de los periodos Epiclásico y Posclásico (entre 900 y 1100 d.C.).

Mientras que en el tercero, “Cuenca del Río Grijalva”, “están sitios como las Cuevas del río La Venta, de filiación zoque, cuyas características geográficas permitieron la conservación de materiales orgánicos, como cestos, tejidos, huesos y madera, muchos de ellos expuestos en esta ocasión”.

Agregó que además en este módulo se habla de la zona arqueológica de Chiapa de Corzo, donde se ha encontrado evidencia de ocupación temprana, de 1200 a.C., de influencia olmeca, y de reocupación del lugar por asentamientos de las culturas zoque y chiapaneca, hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.

Finalmente, el cuarto módulo presenta los estudios de los últimos 10 años en la Cuenca del Río Usumascinta, relativos al patrón de asentamiento, comercio y crecimiento poblacional. Se explican los trabajos de restauración de las pinturas murales del Templo 1 de Bonampak, y del descubrimiento, en 2010, de una tumba de un personaje de alta jerarquía, cuya ofrenda contenía más de 400 piezas de jade.

La exposición incluye dos videos, realizados por la Dirección de Medios de Comunicación del INAH, que narran a través de fotografías, entrevistas y reportajes, los trabajos de investigación y análisis de materiales recuperados en diversos sitios como Toniná, Lagartero, Chiapa de Corzo, Bonampak y Palenque.

Emiliano Gallaga precisó que para la realización de esta muestra se acondicionó un espacio de excavación simulado al que pueden acercarse tanto niños como adultos y pueden darse una idea de cómo se hace la investigación arqueológica en campo y sacarse fotografías.

Fuente: (Notimex)

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