José Mauricio sale inspirado y borda un toreo de enorme clase, perdiendo la “Puerta Grande” con el acero

El mexicano José Mauricio aprovechó la gran clase del sexto toro, un animal magnífico para la muleta. Desde el variado y lucido saludo capotero, en la faena hubo momentos de toreo templado, elegante y preciosista, con la figura relajada. Aunque se intercalaron momentos de menor calado, el tendido vivió con pasión la faena de Mauricio, que apostó por matar en la suerte de recibir y falló, por lo que sólo dio la vuelta al ruedo tras el arrastre lento al astado. Antes cortó una oreja ameritada por su valiente actuación ante el tercero, un animal con complicaciones. Paciente, el torero local fue construyendo su obra sin arredrarse. Ni siquiera un desafortunado tropiezo en el momento de la suerte suprema fue óbice para la concesión del premio previo un, este sí, espadazo.

El Capea perdió una posible oreja del toro que abrió la décima corrida de la Temporada Grande. El salmantino estropeó a espadas una faena firme y bien planteada ante un animal que pecó de poca transmisión. Saludó una ovación en el cuarto turno, un balance que supo a poco por su nuevo yerro. El Capea consiguió tirar por momentos de la embestida del manso cuarto en la primera fase de la faena, basada en la mano derecha. La última, más pegado a tablas, la resolvió el charro con firmeza en la corta distancia. Gustó su labor, pero la suerte suprema dejó en ovación su quehacer. Salió a por todas Pedro en el de regalo. Lo recibió casi en los medios de rodillas para continuar con varios lances de hinojos. La faena contó con varias tandas templadas y de trazo limpio, especialmente por el pitón derecho al manejable que hizo séptimo. Acortó distancias al final y dejó un espadazo al segundo encuentro.

Fermín Rivera llevó a cabo una faena seria, basada en el pitón derecho, por donde iba mejor el de La Estancia. Logró momentos de relieve el mexicano y volvió a ratificar sus buenas sensaciones en el coso de Insurgentes. El Presidente no atendió la petición de oreja y el torero fue ovacionado. El quinto capítulo tuvo poco contenido. Más allá de las ganas de Fermín Rivera apenas hubo nada reseñable por el deslucido juego del toro, gazapón y desclasado.

Fuente: (mundotorodemexico.com)

Foto: Cortesía Juan Bustamante

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