El encuentro reúne a compañías independientes de la capital y de diversos estados de la República con el apoyo de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través de la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y el Instituto Internacional de Teatro UNESCO.
Con una escenografía consistente en mesas de madera, viejos jarrones de cerámica, canastas con trigo y un borroso retrato del famoso Sancho Panza, la actriz Lulú Ávila Reyes, quien personifica a la fiel y resignada Teresa Panza, desarrolló a lo largo de 60 minutos el monólogo donde da cuenta del machismo que se tejía en la sociedad de esos tiempos y que persiste hasta nuestros días.
En medio de una España convulsionada por décadas de guerras fallidas, la esposa del escudero de don Quijote da cuenta no solo de la injusticia que la ha convertido en la principal cabeza de su familia, sino de los fueros que protegen a los caballeros y clérigos que exprimen al pueblo y abusan de los desamparados.
Con gran destreza actoral y manteniendo un acento que evoca las antiguas entonaciones del castellano, Lulú Ávila Reyes muestra cómo Teresa Panza, aun en la pena, continúa amando a su marido, además de esperar su regreso, rechazando las tentaciones.
El público reunido en el teatro Julio Jiménez Rueda obsequió un largo aplauso a la intérprete que mantuvo cautivo el interés en todo momento, provocando risas y exclamaciones de solidaridad ante las desdichas de Teresa Panza.
Al finalizar, el autor de la obra, Brígido Redondo, develó una placa de inauguración del encuentro, acompañado por Tomás Urtusuástegui, presidente de la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro; Lorena Salazar, directora de la Sociedad General de Escritores de México, e Isabel Quintanar, fundadora del encuentro.
Fuente: (CONACULTA)
