“El Pana”, una vez más

género como su proceder artístico viene demostrando. Sus actuaciones siendo esporádicas, según le dicta el corazón y, en todas queda reflejada la magia de este diestro singular.

El Pana a hombros, junto a Javier Conde en Quito

Días pasados, en la plaza Belmonte de Quito, una vez más regó aquel ruedo con su arte irrepetible. La afición ecuatoriana, por vez primera, pudieron admirar a este artista incomprendido que, su mayor valor lo lleva dentro de su alma. Como los hechos nos demuestran, El Pana, no cumple años; su toreo sigue siendo el de siempre, eterno, mágico, genial e inconfundible. Desde Quito nos han llegado las imágenes que certifican cuanto queramos decir de este diestro único en su género y artista como pocos.

Si el toreo, como tal, lo entendemos como un arte inigualable, es Rodolfo Rodríguez El Pana el estandarte soñado para la representación y escenificación de un drama tan bello como es el toreo. Cuando un hombre como El Pana, por encima del bien y del mal, alejado de toda índole crematística, auspiciado solamente por los gritos de su corazón a favor del arte con el que sueña, llegado el momento, inevitablemente, estremece por allí por donde vaya. Ahora ha sido en Quito, mañana será en Veracruz, en otra ocasión en Apizaco, quizás que, hasta en el Embudo de Insurgentes, pero siempre, en la búsqueda incesante de su arte maravilloso.

Cuando se tiene alma de aficionado que antepone la misión de la propia crítica, porque hablar de El Pana resulta siempre reconfortante; es una sensación especial, rociada de la misma magia con la que nos embelesa el diestro de Apizaco, un diestro que nunca quiso medrar a cualquier precio, un torero que prefirió refugiarse junto a sus propias miserias antes que sucumbir a los caprichos de la mercadotecnia empresarial, un lujo de artista reservado para ocasiones excepcionales, un tipo iconoclasta como ninguno que ha sabido, desde siempre, cautivar corazones con su toreo.

Pasado el tiempo, hasta los que le criticaron con saña, ahora, al comprobar sus actuaciones, su forma genial de entender su profesión, todos han claudicado ante la magnitud de su arte y, con este personaje nos cabe la certeza que, los cambios de actitud que han tenido muchas personas ante la magnitud de su arte, sin duda alguna, nada ha tenido que ver el vil metal que, desde siempre, estuvo en guerra con El Pana, razón por la que nadie ha cambiado de opinión por dinero, más bien, convencidos de la magia que este diestro irrepetible es portador.

El Pana, una vez más; El Pana, hoy, mañana y siempre; El Pana, eterno, mágico, irrepetible y único.

Leave a Reply