La exposición fotográfica “El Simbolismo de la Cruz en Guerrero” se exhibe en el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de “El Tajín”

cruz como elemento que sacraliza espacios, o como insignia de culto para implorar por la lluvia y las buenas cosechas, se exhiben en la exposición itinerante El simbolismo de la Cruz en Guerrero, muestra que se ha presentado en los últimos cinco años en diversos museos del país.    

La exposición temporal, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), se ha presentado en recintos como el Museo Nacional de Culturas Populares, en la Ciudad de México, y el Museo Regional de Yucatán “Palacio Cantón”; actualmente se presenta en el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de El Tajín, en Veracruz, donde permanecerá hasta enero de 2012.

Bajo la curaduría del etnólogo Samuel Villela, esta muestra ofrece una mirada a las tradiciones mesoamericanas y judeocristianas de la región de la Montaña, en el estado de Guerrero, donde la cruz se relaciona con rituales acuáticos, agrícolas y funerarios.

De acuerdo con el investigador de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH, el objetivo es mostrar múltiples expresiones de la diversidad cultural y religiosidad de los pueblos guerrerenses de la Montaña, en este caso el culto a la cruz y la importancia de este elemento en su cosmovisión.

La cruz está ligada al marcaje de lugares sagrados como los cerros o la cruz asociada al simbolismo de la planta del maíz y a los rituales de petición de agua y la buena cosecha; ritos que además coinciden o son cercanas con fechas destacadas de la religión católica como el Día de la Santa Cruz, en mayo, o el día de San Marcos, a finales de abril.

“En comunidades indígenas de la región mixteca, nahua y tlapaneca —en la parte noroccidental de Guerrero— las cruces tienen principalmente un simbolismo acuático, por ello son pintadas de color azul y se colocan en espacios relacionados con el agua, como la cima de los cerros, porque es donde se forman las nubes, así como en grutas, pozos, nacimiento de los manantiales, cuevas y a la vera de los ríos.

“En otros casos se relacionan con rituales de fertilidad, por ejemplo el Xilocruz, que se realiza en la cumbre de una montaña, para el cual se elabora una cruz con mazorcas, que es usada en los ritos de petición de lluvias y aseguramiento de las cosechas. Esta ceremonia se efectúa en la comunidad del municipio de Xalpatláhuac, y se practica a mediados de septiembre”, explicó el investigador.

Asimismo, en la región guerrerense también se desarrollan rituales en las milpas, donde se coloca una cruz en el centro de las parcelas, además de pequeños ramos de flores en las esquinas, para proteger las cosechas y que el grano termine de madurar; o se coloca una cruz de mazorcas en los lugares donde se están secando los cultivos para revertir este proceso, abundó el antropólogo.

“Otra expresión significativa es la efectuada en las regiones del Alto Balsas y la Montaña Baja, donde las cruces barriales son subidas a los cerros, ataviadas con una pequeña falda llamada tlaquenti —que en náhuatl significa “ropa”—, elaborada comúnmente en la localidad de Acatlán, y cadenas de flores, que se usan para pedir por el buen temporal de lluvia que favorezca las cosechas.    

“Además de rituales agrícolas y acuáticos, las cruces también se vinculan con la delimitación territorial, el cruce de caminos, las rutas sagradas y la muerte, en este último caso está relacionada con los cementerios, el culto a los muertos y lugares donde han ocurrido asesinatos o accidentes automovilísticos”, refirió Samuel Villela.

Dichas expresiones culturales se muestran mediante 42 fotografías —a color, en formato de 16 por 20 pulgadas—, que fueron capturadas por el etnólogo en la década de los 90 y principios del año 2000, como parte del Proyecto Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el Nuevo Milenio, elaborado en 2002.

Las imágenes fueron tomadas en las comunidades de Xalpatláhuac, Acatlán, Chilapa, Tlapa, así como la cabecera municipal de Zitlala, de esta última destaca el culto de las cruces barriales, entre otros sitios.

El simbolismo de la Cruz en Guerrero continuará en exhibición hasta el 15 de enero de 2012 en la Sala 1 del Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de El Tajín, en Veracruz, de lunes a domingo. Costo de acceso: 51 pesos, incluida la entrada al área de monumentos.

Entrada gratuita para niños menores de 13 años, estudiantes y maestros con credencial vigente; adultos mayores de 60 años, jubilados y pensionados, así como trabajadores e investigadores del INAH. Domingos entrada gratuita a público nacional y a extranjeros residentes en México. (Con identificación vigente, IFE o FM correspondiente).

Fuente: (INAH)

 

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