“El callejón de los olvidados”, historia, escrita e ilustrada por CC Ibarra que invita a valorar la tradición de las ofrendas

narrar la historia, escrita e ilustrada por CC Ibarra, a los asistentes en su mayoría niños que escucharon atentos las aventuras de Cristina.

Cristina es una niña que no cree en la celebración de Día de Muertos hasta que conoce a Lolita, una chica que la invitará a visitar el panteón para conocer cómo preparar una ofrenda.

Guiadas por un perro izcuintle, realizarán un viaje que las llevará a conocer Mictlán y el callejón de los olvidados, habitado por los esqueletos de personas cuyos familiares se han olvidado de dedicarles una ofrenda, lo que hará que Cristina valore el sentido de esta tradición.

Con ingenio y humor, Raúl Pérez contó la historia con la ayuda de los pequeños asistentes, quienes se encargaron de hacer sonidos relacionados con la trama. Así se escucharon desde ladridos de perros y pisadas hasta el sonido de hojas secas, el viento y la lluvia.

El callejón de los olvidados forma parte del primer tomo de la colección Relatos del reino de los muertos, que estará conformado por dos historias más. Ibarra mencionó que será en octubre del próximo año cuando se dará a conocer el segundo cuento, el cual tendrá como protagonista a un perro izcuintle.

Con la intención de que el libro tenga un uso práctico por parte de los pequeños lectores está diseñado en tamaño carta y con espiral, además de contar con una edición especial que incluye el apartado “Cuaderno del escritor”, en donde los niños podrán crear su propia historia siguiendo una serie de instrucciones.

La autora mencionó que el personaje protagónico es un reflejo de sí misma, ya que en su casa no se acostumbraba colocar una ofrenda para el 1 y 2 de noviembre y fue hasta la muerte de su padre que valoró la importancia de preservar esta tradición mexicana.

“Cuando me enteré lo que significa la ofrenda y que más allá de ser un ritual tiene una connotación de amor, me di cuenta que la ofrenda es una celebración de la vida”, dijo CC Ibarra, quien dedicó este cuento a su padre fallecido hace 19 años.

Ibarra explicó a los niños los elementos básicos que tienen que estar presentes en la ofrenda, como el agua, la sal, las velas, la cruz, el copal, al menos cuatro calaveras de azúcar y un camino hecho con flores de cempasúchil para que los difuntos no se pierdan.

Al término de la presentación, la autora realizó una firma de libros no sin antes invitar a los niños recordar a aquellos que ya no están a través de una ofrenda que incluya una imagen del difunto y las cosas que le gustaba comer.
CGP

Fuente: (CONACULTA)

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