“El Premio”, cinta dirigida por Paula Markovitch, es proyectada en el Festival Internacional de Cine de Morelia

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).

Cuenta con las actuaciones de Paula Galinelli Hertzog, Sharon Herrera, Viviana Suraniti, Uriel Lasillo y Laura Agorreca, quien, junto con la directora, asistió a la presentación del filme en esta ciudad.

La actriz argentina comentó que la historia se ubica en un poblado alejado de Argentina. Su personaje es el de una madre que ha escapado de la represión militar con su hija de diez años, quien no comprende claramente las razones por las que se encuentran ahí.

Mientras la niña comienza a hacer nuevos amigos, la madre se encuentra en plena crisis por haber perdido a su esposo, de quien no sabe nada. En la escuela local, en un concurso de redacción, la niña gana un premio por una composición que escribió, lo cual desencadena una serie de emociones en su madre que la pequeña no comprende.

Frente al mar, con temperaturas muy bajas, ambas descubren nuevos significados de su existencia.

Para Paula Markovitch esta película es una historia personal en el más profundo de los sentidos: “El haber podido hacer esta película es para mí un gran premio. San Clemente del Tuyú es un pueblo que quiero y extraño. Los paisajes de esa playa gris me visitan en sueños”.

“La cinta es coproducida entre institutos de México, Argentina, Francia, Polonia y Alemania porque así como el tema de la defensa de los derechos humanos es algo que en la actualidad nos toca a todos, también quería que la producción tuviera ese perfil”.

En cuanto al apoyo del Imcine, Markovitch dijo que es un gesto de gran generosidad, porque México tiene una tradición de hospitalidad, compromiso y asilo político, que hoy hace posible esta película.

“Nací en Argentina pero soy mexicana, vivo aquí desde hace más de 20 años. Esta historia es autobiográfica, retoma la dictadura militar argentina a través de Ceci, quien sabe que no debe revelar a nadie su verdadera identidad para proteger la vida de su familia. Trata de entender como ser, en un mundo lleno de confusión y miedo.

“Esta historia me da vueltas por la cabeza hace más de 20 años y como escribo desde niña siempre supe que tenía que emprender este relato. Filmé en San Clemente porque sentía que tenía que hacerlo allí, en el lugar exacto y en los espacios precisos donde transcurrieron las cosas”.

Detalló que filmaron incluso en el aula misma de la escuela donde asistió de niña, por lo que echó mano de los propios niños de San Clemente, que consideró le dieron una fuerza y una libertad especial a la producción.

“Además, toda la gente del pueblo cooperó con ropa y artículos de los años setenta y varios amigos de San Clemente participaron como asistentes en el departamento de arte y vestuario.

“La gran luz que iluminó esta película: los niños de San Clemente, talentosos, entregados, comprometidos. Paulita, Sharon y todos los chicos del pueblo que le dieron vida y verdad a esta historia. Ojalá la película les transmita todas las emociones que sentimos al hacerla”.
JRA
Fuente: (CONACULTA)

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