Hallan edificios palaciegos de piedra labrada y pisos de estuco “Estilo Puuc” durante la ampliación de la carretera Mérida-Campeche

rica ornamentación, los cuales serán restaurados y conservados in situ.

Las estructuras poseen grandes plataformas asociadas a escalinatas, cuartos abovedados, muros de mampostería, pisos de estuco, además de elementos domésticos, como chultunes (recipientes para la captación de agua) y grandes metates para la molienda, por lo que se considera que son parte del área residencial de la Zona Arqueológica de Oxkintok, localizada a sólo 2 km del área.

Debido a la magnitud e importancia de estas antiguas construcciones, que corresponden al periodo Clásico Tardío (600 a 900 d.C.), se acordó su conservación mediante un acuerdo al que llegaron la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el INAH, que convinieron en acotar la carretera mediante la reducción del camellón central y el derecho de vía, ya que las estructuras se encuentran justamente en esta área.

La arqueóloga Eunice Uc González, al frente de los trabajos de salvamento arqueológico, detalló que la carretera mantendrá los cuatro carriles (dos de ida hacia Campeche y dos de regreso hacia Mérida) previstos originalmente. “Ambos lados de los carriles tienen un derecho de vía, es decir, un tramo de alrededor de 14 metros por lado, que es donde se ubican las estructuras prehispánicas, por lo que la opción que permitiría conservarlas era mediante la reducción del camellón central y del derecho de vía”.  

La especialista del INAH en Yucatán expresó que estos hallazgos se dieron durante los trabajos del quinto y último tramo de la carretera, que abarca 62 km desde la ciudad de Mérida hasta los límites con el estado de Campeche. Estos edificios forman parte de un conjunto de 55 estructuras mayas detectadas, de diferente forma y función, que van desde montículos simples y nivelaciones, hasta las residenciales tipo palacio, de las que se recuperó toda la información y se hizo el registro correspondiente.

“Las estructuras tipo residencial que conservaremos son las registradas como 12, 22, 24 y 25, además de la 11, que forma parte de un complejo habitacional ubicado en un sitio geográficamente estratégico, entre el umbral del Puuc o sierrita y la planicie o chakan, que caracteriza a la mayor parte del estado de Yucatán”.

La arqueóloga comentó que esta falla geográfica es conocida por los pobladores de la región como ni’puuc, ya que hace referencia al extremo de la cordillera. Dicha estructura 11 era un pequeño basamento que posiblemente soportaba una construcción de material perecedero; presenta esquinas remetidas, cuerpos en talud y escalinatas proyectadas, que recuerda construcciones de la zona del Petén, similares a edificios de Oxkintok que se remontan desde finales del Clásico Temprano (300 a 550 d.C.) hasta principios del Clásico Tardío  (550 a 700 d.C.).

“Dicha edificación ha sido desmantelada para ser reubicada en otro sitio, probablemente en el camellón mismo, que es bastante ancho, o en otro espacio aledaño, explicó la especialista.

Indicó que las demás edificaciones halladas son muy grandes y voluminosas, en particular la 12 y la 22, que tienen muchos elementos ornamentales, poco comunes en los asentamientos donde vivía el resto de la población, con techos perecederos.

Añadió que estos edificios tienen muros de piedra labrada al estilo Puuc, que se caracteriza por ser una piedra pequeña de color rosado, perfectamente tallada; además, los cuartos tienen pisos estucados y techos abovedados, en buen estado de conservación en general.

La especialista destacó que en la estructura 22 han recuperado alrededor de 40 entierros con ofrendas asociadas, en las cuales hay elementos de concha —como pectorales— y jade. “Los personajes tenían los dientes limados, como ocurría con la elite, por lo que pensamos que las personas que vivieron ahí pertenecían a este grupo social. Todavía estamos excavando esta estructura, por lo que es posible que salgan más entierros”.

Los entierros —dijo Eunice Uc— fueron depositados en cistas o cajones de piedra rectangulares perfectamente labradas. “Los esqueletos estaban fragmentados debido a la poca profundidad del suelo, lo que facilita la intromisión de roedores, tuzas, armadillos, ratones, que van rompiendo las osamentas. Sin embargo, los huesos largos estaban muy bien conservados, también se encontraron dos cráneos completos, así como vértebras, partes de mandíbulas, dientes, en fin. En las otras estructuras no hemos encontrado tantos entierros, aunque en total, suman más de 100”.

La especialista indicó que también se encontraron maquetas de piedra caliza de 40 cm de altura por 20 de ancho, de edificios que se planeaban hacer. Una es una casita con su entrada y su techo de piedra, y la otra es una pirámide con sus cuerpos escalonados, alfardas, escaleras y una estructura circular en la parte superior.

Asimismo, hay vasijas con policromía de los tipos Sierra rojo, Tituc anaranjado polícromo y Pizarras. “Hay alrededor de 150 piezas completas, desde etapas muy tempranas, del Preclásico Superior (150 a.C. a 300 d.C.), hasta el Clásico Temprano (300 a 600 d.C.) y Clásico Tardío (600 a 900 d.C.). Algunos son platos con figuras que hacen referencia a la mitología maya, también hay vasijas con glifos, una de las cuales podría haber sido una pincelera”.

Otro de los elementos hallados en las plataformas de estas estructuras son los chultunes (recipientes para captar agua), de formas diversas, tanto circulares como en forma de botella. “Estos reservorios comúnmente están estucados y algunos suelen tener elementos que se asocian al agua, como tortugas o sapitos. Ahí se captaba el agua de lluvia y se utilizaba para cuestiones domésticas”.

Indicó que las otras estructuras, 24 y 25, son más modestas y menos voluminosas, de la misma elite. También tienen muros revestidos con piedra labrada, techos de bóveda y pisos estucados, pero no son tan grandes como la 12 y 22, y la 11, que al estar en una elevación natural, se veía imponente porque era la última construcción de la serranía.

La arqueóloga Eunice Uc González está al frente del equipo de trabajo que se conforma por el jefe de campo y cinco arqueólogos más, que trabajan desde 2009 en esta carretera. El trazo fue dividido en cinco tramos, siendo éste último, que va del Puente Maxcanú a Campeche, donde se hallaron las estructuras.

Fuente: (INAH)

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