¡No lastimes al amor!

enloquece así mismo y se pierde. Lo que no sabe es que también pierde la confianza, la entrega de su amada y también su alegría. Ahora ella solo se defenderá. La flecha fue certera, dio en el blanco, el corazón.

Y le duele, y se duele…

Parece que el varón no comprende el proceso de entrega total.  La coquetería lastima, aleja al cónyuge, maltrata el amor. Y el amor debe ser cultivado, cuidado, cercado para que nadie entre a pisar la semilla que ha sido entregada sin reserva, sin condición, con la frescura y alegría que viene del amor verdadero.

Quizá para él, nada de esto fue tan grave. El coqueteo alimenta su ego cuando parece que hay una nueva presa, cuando él piensa que cayó un pez y todavía puede levantar el polvo y hacer caer brisa en el desierto.

No lastimes al amor. El amor es muy sensible, es tierno suave y delicado. Como el cristal más fino debe ser cuidado y tratado. ¿Expondrías las copas de cristal mas caro y fino que tienes al dejarlas en la calle, donde cualquier transeúnte podría pisarlas, destruirlas, romperlas? No las dejarías abandonada en medio de la nada, tendrías mucho cuidado de ellas.

Así es el amor de tú esposa. Frágil, delicado y suave.

Limpia el jardín, sé vigilante fiel. Abona tú tierra y quita el desorden, establece claramente el orden. No permitas que nadie juegue con lo mas dulce, suave y delicado que te he dado, no lo hagas tú. Lo es el amor de tú mujer.

Arregla el desorden y búscame. ¿Por qué intentar beber agua de otro lugar?

Recuerda que no requieres de pozos ajenos.¡Tú manantial te será suficiente!

Esto te hace saber el Rey.

elmensajedelrey@hotmail.com

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