Salvador López (purísima y plata) con Miguelito, número 900, negro listón bragado meano y cornidelantero con 408 kilos, al cual recibió con buenas verónicas, llevó al caballo por toreras chicuelinas andantes y quitó por ajustados mandiles. Le brindó al cónclave capitalino para comenzar su trasteo muleteril con dos péndulos en la boca de riego y muletazos con gritos de “toro, toro” del tendido cálido; mató muy mal dejando dos bajonazos para escuchar sonora rechifla y aplausos al noble burel en el arrastre.
Con el cuarto, Tejoncito, número 901, cárdeno obscuro caribello nevado bragado meano y cornidelantero con 430 kilos, verónicas en el tercio y buen quite por tafalleras, gaoneras y chicuelinas entreveradas. Muletazos con una rodilla en tierra y derechazos y naturales sin eco en el tendido, nuevamente con gritos de “toro, toro”, manoletinas y otro bajonazo para escuchar pitos y ovación al astado en el arrastre.
Luis Conrado (solferino y azabache) con Danielito, número 963, negro entrepelado y cornidelantero con 425 kilos, farol en la boca de riego y de pie, verónicas en el tercio en la contraquerencia y tumbo al varilarguero Ricardo Morales; quitó por tafalleras y chicuelinas. Después de brindar al público capitalino hízo una faena de entrega con cuatro series de derechazos y dos de naturales ante el delirio de la afición, se adornó al final del trasteo con ajustadas bernardinas y se fué tras el acero dejando un estocadón hasta los gavilanes para cortar una oreja que le fué otorgada por el juez de plaza Don Jorge Ramos Sandoval y le fué entregada por el alguacilíllo el licenciado Arturo Ramos y arrastre lento al astado de Miguel Alemán y Rafael Herrerías.
Estuvo en el mismo tenor con Amoroso, número 883, cárdeno obscuro nevado bragado meano y cornivuelto con 403 kilos, farol en los medios brincandole el novillo por la cabeza y de pie, verónicas en el tercio. Se lució con los palitroques Fernando García, desmonterandose en el tercio. Con la pañosa, al dar el primer muletazo en la puerta de cuadrillas fué prendido, rompiendole la taleguílla el de Jorge María, sin verse la ropa y sin la zapatilla izquierda, naturales en el centro del redondel y en el tercio, con el acero perdió la oreja que ya tenía en la espuerta, dejando un pinchazo y una estocada con un aviso entreverado, para dar clamorosa vuelta al ruedo y aplausos al novillo.
César Ibélles (salmón y oro) con Jardinero, número 939, cárdeno obscuro nevado bragado meano y cornidelantero con 429 kilos, un quite por eléctricas navarras y muletazos en el mismo tenor; estocada para escuchar pitos y aplausos al novillo en el arrastre.
Cerró el festejo conToda Una Época, número 869, negro nevado bragado meano y cornidelantero con 427 kilos, bien con el percal, verónicas rematadas con una media. Le brindó a Don Pepe Chafik, para hacer un trasteo sin acomodarse jamás con las embestidas del novillo; mató de media para escuchar los últimos pitos del festejo.
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