EUA y su política del miedo

transformaciones políticas y también culturales.
Todavía recuerdo que en 2009 en Disneyland París me quedé asombrada por corroborar el poder de penetración de la cultura americana en casi todos los seres humanos que poblamos este planeta, aún tengo en mi mente la imagen de un grupo de mujeres (con hiyab y otras con chador) con sombreros de Minnie Mouse encima de sus velos.
Una parte de ellas paseaban en bicicletas en  Down Town Disney presumiendo sus souvenirs, los más clásicos en estos parques de diversión.
Entonces pensé en la vorágine que en los últimos años experimentaron  los árabes en sus distintos países, incluso algunos invadidos tras ser señalados por Estados Unidos como ejes de la política del miedo.
Por ejemplo, pensemos en lo distinto que es Afganistán e Irak; y  más recientemente, la caída de Hosni Mubarak en Egipto o la guerra fraticida contra Muamar Gadafi en Libia y la manera cómo resisten otros bastiones como Irán o Corea del Norte.
Sin lugar a dudas el mundo actualmente es muy distinto respecto al de una década atrás, cuando recién amanecíamos con los buenos propósitos de los Objetivos del Milenio con varias metas al 2015, una de las más importantes la reducción de la extrema pobreza y la pobreza a nivel global.
A COLACIÓN
Lo más dramático de los cambios impuestos por los hechos históricos es que vivimos en una aldea global altamente insegura, el 11 de septiembre de 2001 abrió una caja de Pandora en la que los juegos de equilibrio del poder se ven permanentemente amenazados por lo que la propia CIA previó un par de años antes del 2000: células terroristas desestabilizadoras diseminadas por todo el mundo; una lucha por la apropiación de los energéticos y fuentes vitales para la vida humana; aunado a un creciente poder de los cárteles de la droga.
Es como si después  de la caída de las Torres Gemelas todos los malosos del planeta se hubiesen puesto de acuerdo para voltear el mundo de cabeza, a ver pensemos ¿qué lugar del planeta está exento?
En diez años la política del miedo ha permeado en nuestro diario vivir, si Estados Unidos reporta cualquier actividad, movimiento y persona sospechosa, México enfrenta el narcoterror con escasa preparación, una corrupción anidada en sus instituciones y  una infraestructura que deja mucho que desear.
Por si fuera poco, mientras Estados Unidos refuerza sus fronteras tanto al Norte y Sur de su territorio, persigue inmigrantes ilegales y eleva las condiciones para visitar la nación, en México sus fronteras tanto la que está al lado del Bravo como la otra en Suchiate son coladera del tráfico de personas, niños, órganos humanos, armas, explosivos, drogas y estupefacientes.
Mientras Estados Unidos cambió, México perdió el tiempo con las consecuencias que amerita el caso a tal grado que son armas de fabricación estadounidense las que utilizan los cárteles y otros grupos para amedrentar a civiles, matar policías y otros elementos del Ejército.
Y no me diga amigo lector, qué usted no cambió desde aquél día en el que muchos creímos desencadenaría una Tercera Guerra Mundial.
Una década se dice fácil, pero el camino andado ha sido largo  y difícil, por no olvidar las caídas pronunciadas del ciclo económico mundial guiadas de la mano de los países más industrializados fundamentalmente de Estados Unidos.
La Unión Americana con todo y su política injerencista y la economía de guerra no ha encontrado la fórmula para darle estabilidad a su ciclo, ni darle la  liquidez necesaria a la economía más endeudada del mundo.
Para Estados Unidos el saldo es el de una “década perdida”, los problemas de la deuda y su insolvencia en las manos del presidente Barack Obama en parte derivan de las decisiones tomadas por las guerras de los Bush (padre e hijo ambos en distintos periodos en la Presidencia).
Todavía nos falta ver, en su plena magnitud, la dimensión de los cambios a raíz del 11-s. Esto apenas comienza.
P.D. Presidente de Entorno XXI. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.

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