Fue inaugurada la exposición “El Cantar de los Cantares” que reúne obra del artista oaxaqueño Crispín Vayadare

pájaros trinando. Pretendo que a través del color se escuchen los poemas-canciones como lo hago a diario en mi taller.

“Abordo este tema como un pretexto para poder expresar mis cuadros a través de los cantos y los poemas de los pájaros, aunado a que por supuesto los pájaros tienen un lugar importante en los bordados de mi estado”.

A través de esta exhibición Vayadares recuerda cómo desde niño, en el mercado veía a las tehuanas y a los huaves vendiendo sus productos, ataviados en su ropa tradicional. Esos huipiles fueron su primer contacto con el arte, el color y la textura en movimiento.

“En esta exposición comparto con el público la culminación de años de investigación y experimentación con el óleo como tejido, tejido de memoria, de sueños y añoranzas, en suma, tejido de vida y de amor”.

Vayadares presenta en Casa Lamm 20 cuadros de de diferentes formatos. El título de El Cantar de los Cantares, fue tomado de un antiguo poema de amor escrito por el sabio rey Salomón. En ese texto, se habla del amor leal, que tiene una fuerza genuina. El pintor propone que sus cuadros reflejen esa idea. Las imágenes son atemporales, se pueden encontrar en las selvas líricas de nuestro país.

El pintor experimenta con motivos populares, al tiempo que se adueña de diseños textiles y plumajes multicolores, elementos que responden a una migración hacia su imaginario, como la canción popular o el refranero del pueblo.

Originario de San Miguel del Puerto, Oaxaca, el artista ha elegido ser autodidacta y moverse entre lo figurativo y la abstracción, para así explotar esa poética visual que emana de la cosmovisión del sur de México.

En sus cuadros va hilando pájaros y fondos bordados, que se unen a la memoria y las sensaciones, tejiendo la identidad que nos une.

“Siento que mi obra es diferente en muchos puntos. Primero, el cuadro se vuelve textil y el textil se vuelve cuadro. En mi proyecto de obra ocupo tanto lo figurativo como lo abstracto, como una unión harmoniosa hacia un fin.

“Utilizo el color como transporte hacia otros sentidos: el oído, el olfato, el gusto. También uso el óleo mezclado con arena en una fórmula personal, para después aplicarlo con pinceles y espátulas y así poder crear los efectos de hilos, bordados y tejidos”.

En cambio, el artista pinta los pájaros y las flores de una forma por demás estilizada. Ambos llenos de color y textura, conjugados en el fondo del mismo cuadro. En tanto la paleta para el expositor lo es todo.

Para Vayadares, la vida en grises o en blanco y negro sería insípida, pues el color no sólo se ve, sino que también se escucha, se huele y se siente.

Sus cuadros reflejan situaciones oníricas, nostálgicas y evocativas. Su proceso creativo inicia con pequeños bosquejos realizados previamente en servilletas, pero en ocasiones se enfrente directamente al lienzo en blanco.

“Aún cuando un cuadro empieza con un bosquejo se termina en un enfrentamiento, el cuadro exige esto o lo otro y se termina cuando el cuadro ya no exige más del pintor, sino que existe sólo, es entonces que paso de ser pintor a un simple y sencillo espectador más”.
JRA

Fuente: (CONACULTA)

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