Inicia “La guerra en el México Antiguo”, coloquio en torno al armamento, indumentaria, campos de batalla y estrategias de combate

Guerreros y fortalezas. La guerra en el México Antiguo, inaugurado hoy en el Museo del Templo Mayor.

El foro académico, que continuará hasta el próximo 26 de agosto, es organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), y analizará la importancia de la actividad militar entre las civilizaciones mesoamericanas, como un medio para el desarrollo económico, político y territorial, indicó el arqueólogo Blas Castellón, titular de la Dirección de Estudios Arqueológicos (DEA), durante la ceremonia inaugural del coloquio.

“A través de 25 ponencias, dijo, los especialistas abordarán el tema de la guerra desde distintos puntos de vista, algunos apoyados más en la arqueología, otros en datos etnográficos e históricos, y otros más enfocados a temas de tipo religioso, pero todos ellos con la intención de plantear investigaciones originales que aporten algo nuevo a este tema”.

Por su parte, María Teresa García, de la Coordinación Nacional de Arqueología, indicó que en esta ocasión el VI Coloquio de Arqueología está dedicado a la guerra, práctica que estuvo presente como expresión cultural compleja en gran parte de las sociedades antiguas, como la teotihuacana, maya y mexica, tal como lo hacen saber pinturas murales, como las de Bonampak, Chiapas, y de Cacaxtla, Tlaxcala, o las armas y fortificaciones que se conservan hasta nuestros días.

Entre las investigaciones que se presentarán en el foro destaca la del arqueólogo Alejandro Pastrana Cruz, de la DEA, quien se referirá el próximo miércoles a la producción de armas prehispánicas, particularmente al control y distribución de la obsidiana verde entre los mexicas, cuyo material fue esencialmente utilizado como instrumento para la elaboración de las armas, y de otras piezas con bordes filosos que iban incrustadas en varios artefactos bélicos.

“Los mexicas fueron un imperio militar que basó su economía y poderío territorial en las guerras, por eso fue tan importante para ellos el control del único yacimiento de obsidiana verde en el centro de México, conocido como Sierra de las Navajas, que se ubica en el actual estado de Hidalgo, entre las localidades de Pachuca, Tulancingo y San Miguel Regla”, declaró el arqueólogo Pastrana.

“De hecho —añadió— para 1428, Itzcóatl, gobernante de Tenochtitlan, al formar la Triple Alianza con los pueblos de Texcoco y Tlacopan (hoy conocido como Tacuba), estableció tener acceso al área de producción Sierra de las Navajas, y con ello obtener la obsidiana verde que los artesanos —al servicio del Estado— trabajaban para elaborar las armas”.

En este sentido, en el coloquio también se presentarán otras ponencias donde se hablará del uso de algunas armas prehispánicas como el macuahuitl, que en náhuatl significa “garra de águila”, la cual era una espada de madera que en ambos lados llevaba incrustadas navajas de obsidiana.

Dicho artefacto era utilizado por los mexicas como arma ofensiva, según lo establecen las ilustraciones de los códices Mendocino y Xicotepec. Fragmentos de este tipo de objetos se conservan en el Museo Nacional de Antropología (MNA).

De igual forma, se hablará de armas defensivas, como el escudo o chimalli, del cual también existen algunos ejemplares en el MNA. Estos eran elaborados con carrizo y cuero, o con varas de otate (planta de tallo duro) amarradas, y plumas que se usaban entrelazadas y otras como relleno.

En la ponencia ¿Cetro o emblema de guerra? El Atlatl o Tiradera en Teotihuacan, que se expondrá el jueves por los investigadores Francisco Rivas, de la DEA, y José Antonio Casanova, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), se referirá a dicha arma también conocida como lanzadardos, pieza de madera con un gancho para lanzar flechas a grandes distancias. Se utilizó alrededor de 300 d.C., según estudios hechos a dos de estas piezas que forman parte del acervo del MNA.

Otra de las ponencias que se dictará será la titulada Armas y vestuario entre los guerreros de la montaña en el siglo XVI. Esos belicosos del estado de Guerrero, de la arqueóloga Elizabeth Jiménez, del Centro INAH-Guerrero, quien hablará de dicho tema el próximo jueves.

Asimismo, se expondrán los estudios relacionados con las estrategias militares prehispánicas, como los titulados: La organización militar en las tierras bajas septentrionales mayas hacia el Posclásico Tardío, que expondrá mañana el arqueólogo Eduardo A. Tejeda, de la ENAH.

De igual manera, se dictará la ponencia Estrategia de la frontera tarasco-mexica, por el arqueólogo José Hernández Rivero, del Centro INAH-Estado de México, el próximo viernes. Los Guerreros de Bonampak, es otro de los estudios que se expondrá el miércoles, por los investigadores Isabelle Sophia Pincernin y Alejandro Sheseña Hernández, ambos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas.

En lo que toca a ponencias relacionadas con la arquitectura militar y las principales fortalezas del México antiguo, destacan las investigaciones: Sitios con arquitectura militar en el sur de la Huasteca. Estados de Puebla y Veracruz, del arqueólogo Morrison Limón, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, que se expondrá mañana; Cerro El Jumil, una fortaleza prehispánica en el sistema defensivo de Xochicalco, Morelos, que será expuesta el miércoles por los investigadores Mauricio Gálvez y Roberto Israel Fuentes, de la DSA, y Omar García, de la DEA.

Para el jueves 25, se dictará la investigación La fortaleza de Oztuma, Guerrero, que ofrecerán Raúl Arana y Josefina del Carmen Chacón, ambos de la DEA; además, Fortalezas popolocas durante el Posclásico. Tepexi, Cerro Colorado Atenayuca, sur del estado de Puebla, que ofrecerá el próximo viernes la arqueóloga Noemi Castillo, de la DEA.

El Museo de Templo Mayor se ubica en calle Seminario número 8, en el Centro Histórico, Ciudad de México. El horario de desarrollo del VI Coloquio de Arqueología es de lunes a viernes de 10:00 a 14:20 horas. La entrada es gratuita.

Fuente: (INAH)

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