Restauradores del INAH descubren dos nuevos elementos en los murales mayas de Bonampak

registrado pero ocultos al público, durante los más recientes trabajos de restauración efectuados por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-CONACULTA).

Se trata de dos pequeños elementos pictóricos detectados en las pinturas murales del Edificio 1 o Templo de las Pinturas de esa zona arqueológica, que no estaban en los registros; uno de ellos fue detectado en el muro este, y el otro en el muro noroeste de la bóveda del Cuarto 3 de ese conjunto, y que permitirán una nueva lectura de la obra pictórica.

Asimismo, en el muro oeste se redescubrió la imagen de un personaje, que en décadas anteriores ya se había registrado gráficamente, pero que no se apreciaba porque estaba cubierto por concreciones de sales.

De este descubrimiento da cuenta el nuevo número de la publicación semestral Intervención, Revista Internacional de Conservación, Restauración y Museología, editada por el INAH, en la que se abordan las acciones emprendidas para la preservación de este conjunto pictórico de la época prehispánica, el cual sigue ofreciendo nuevas lecturas.

Los especialistas Haydée Orea Magaña, Gilberto Buitrago Sandoval y Olga Lucía González Correa dan cuenta de los últimos trabajos  realizados en el Templo de las Pinturas de la Zona Arqueológica de Bonampak, ubicada en la selva Lacandona, municipio de Ocosingo, y descubierta en 1946.

El primero de los dos diseños pictóricos descubiertos, es la imagen de una “cabeza frontal y descendente, de rasgos fantásticos”, mientras que el segundo es un “personaje antropomorfo que emerge de las fauces abiertas de una cabeza de serpiente”, los cuales podrían tratarse de un K’inich Ahau (señor del Sol) y una deidad N, respectivamente.

Al par de elementos pictóricos se suma el llamado Personaje 29 —de acuerdo a la nomenclatura usada en el registro—, que no se apreciaba porque estaba cubierto por sales, y refiere al rostro de perfil de uno de los 38 individuos que se observan en la parte media del panel.

En dicha publicación de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) “Manuel del Castillo Negrete”, los especialistas destacan que “el descubrimiento de estos pequeños elementos constituye un aporte de la restauración al conocimiento de la obra pictórica, en tanto que establece nuevos datos que deberán incorporarse al estudio iconográfico de los murales de Bonampak. Para ello, es fundamental la mirada inteligente del restaurador y su mano sensible en la intervención de las pinturas, a fin de que puedan apreciarse en todo su esplendor”.

Los restauradores del INAH añaden que estos murales son, quizá, la más importante expresión mural maya encontrada hasta el momento, no sólo por sus dimensiones, sino por su excelsa calidad técnica y porque constituye una importante fuente de conocimiento de esta ancestral cultura.

“Las pinturas de Bonampak tienen buen estado de conservación, gracias a las intervenciones que se han hecho a lo largo del tiempo desde que se dieron a conocer a la luz pública a mediados del siglo XX. Mediante estas tareas de restauración se han eliminado gran parte de los velos blanquecinos que las cubrían, permitiendo ofrecer una lectura coherente de las imágenes, en las que se advierte una diversidad de tonos: rojos, azules, ocres, negros, cafés, verdes y amarillos”.

Los expertos señalan que la restauración de estas pinturas todavía tiene un largo y minucioso camino por recorrer y, en consecuencia, “los murales todavía tienen mucho por decir”.

En el más reciente número de la revista Intervención, se incluye la recién creada sección Innovaciones, que presenta un texto de Ángel Mora Flores, especialista de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH, en el que aborda los avances del registro tridimensional del patrimonio edificado histórico y arqueológico de México, efectuado con escáner láser 3D, una particular tecnología de punta, y señala las potencialidades de esta herramienta en la toma de decisiones y monitoreo en materia de conservación.

Mora Flores da ejemplos de los 22 levantamientos que se han hecho hasta la fecha de edificios emblemáticos, como Palacio Nacional, en el DF; el Acueducto del Padre Tembleque, en los límites de los estados de México y de Hidalgo; los templos de la Santísima Trinidad, la Concepción, Loreto y el Claustro del Ex Convento de la Merced, en el Centro Histórico de la Ciudad de México; el Templo y Antiguo Convento Franciscano de Santa Ana, en Tzintzuntzan, Michoacán, y la Fortaleza de San Juan de Ulúa, en Veracruz.

Por su parte, la sección Escaparate da cuenta de la restauración de dos instrumentos musicales del Museo Nacional de las Culturas, procedentes de China y Marruecos, encaminada a restablecer su sonoridad para que vuelvan a cumplir su función en la ejecución melódica.

Los objetos son: un cordófono pulsado procedente de Marruecos, denominado güembri, y un cordófono plectrazo de origen chino llamado p’ip’a, los cuales constituyen piezas representativas del legado cultural musical de África y Asia. En la restauración de ambas piezas participaron alumnos de la ENCRyM, bajo la coordinación de la profesora Jimena Palacios Uribe.

Otros artículos de la revista especializada, versan sobre la conservación de artefactos arqueológicos del Museo de Sitio de Alta Vista, Zacatecas, y sobre los soportes textiles de la pintura de caballete producida en el  México de los siglos XVII al XIX;

La publicación también incluye una entrevista con Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la UNAM, en torno a la creación del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, y un acercamiento al Programa para la Conservación del Patrimonio Cultural en América Latina y el Caribe, iniciativa del ICCROM, organismo intergubernamental dedicado a la conservación del patrimonio cultural.

Fuente: (CONACULTA) (INAH)

 

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