Azteca 21 entrevista a Salvador Rueda Smithers, Director del Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec

guerra mundial, sobre la primera guerra mundial, sobre las campañas de Napoleón, sobre las campañas de Julio César, y eso me fue creando una idea de lo que era el pasado y un pasado que se alargaba y para mi eso fue básico porque me fue moldeando la idea de mundo.

RC.- ¿Ahí se inició entonces su acercamiento a la Historia?
SRS: Pienso que sí, porque cuando estaba en sexto de primaria con el libro de Historia había discusiones organizadas por la maestra, por cierto tamaulipeca, Olivia Escamilla muy interesantes, luego empecé a leer libros que no se leían en la escuela, mitología griega y romana, prehispánica gracias a una hermana descubrí “Los antiguos mexicanos de León Portilla”, me fui acercando a todo lo que era historia

 

RC.- ¿A  qué maestros nunca olvidó?
SRS: Bueno, empezando con la maestra Escamilla, Luis Alberto de la Garza y en la universidad, ahora sí que no olvido a ninguno, yo me siento discípulo de muchos de ellos, Álvaro Matute, Alfredo López Ostín, Rosa Camelo, Eduardo Banquells.

RC.- ¿Desde cuándo se integra a la UNAM?
SRS: Mira yo entré a la preparatoria en 1969 a la número 1; estaba en San Ildefonso, meses después del movimiento del 68.

RC.- ¿Cuántos libros ha hecho a la fecha?
SRS: Nunca he hecho bien  la cuenta, pero entre  los que he hecho en colaboración con Guillermo Ramos, Laura Espejel y Alicia Olivera, creo que unos 10.

RC.- ¿Qué rescata su libro “El paraíso de la caña”?
SRS: La idea es dibujar el paisaje de fondo que explicaría al Zapatismo. Elementos discursivos que se convirtieron en elementos de tensión social, convertidos en discursos políticos, que tienen que ver con el crecimiento de las haciendas, el despojo de las tierras a pueblos indígenas, pero al mismo tiempo la no transformación de los pueblos indios hacia un municipio moderno, sino hacia su estabilidad como indios,  es decir como estas criaturas del periodo virreinal que unen a los pueblos. “El paraíso de la caña”, es fundamentalmente es este mundo que les es arrebatado a lo largo del siglo 19 hasta el Porfiriato y que ellos ven y reconstruyen en el momento de la firma del Plan de Ayala, de ahí en adelante.

RC.- ¿Por qué afirma que “Zapata” es uno de los hombres mas influyentes de nuestra historia?
SRS: Bueno, no me queda la menor duda que la participación  de Emiliano Zapata y sus hombres y la firma del Plan de Ayala, introducen el elemento de cambio social a las reformas políticas que originalmente había pensado Madero, iban a ser las de la Revolución, es decir entre la Revolución del Plan de San Luis y la que propone el Plan de Ayala, hay un elemento básico que es la posibilidad de una transformación jurídica y real en beneficio de las grandes mayorías; eso es una de las influencias de Zapata, además de la creación del campesino como interlocutor del estado mexicano.

RC.- ¿Qué encontraremos en “Zapata en Morelos”?
SRS: Es un ensayo sobre la memoria zapatista, como vieron, como vivieron e interpretaron la participación en la guerra los veteranos zapatistas, por qué se integraron a la lucha, qué era lo que esperaban de la Revolución, qué fue lo que lograron, cómo veían a Zapata, cómo veían a sus compañeros, cómo entendían a México, a sus amigos y a sus  enemigos.., esa es  la reconstrucción de la memoria de los zapatistas, son voces remotas sobre la Revolución.

RC.- ¿Cómo logran los héroes ser íconos de la expresión artística mexicana?
SRS: En el caso de Diego Rivera y Siqueiros, fundamentalmente lo que hacen es una proyección de estos personajes sobresalientes de los dirigentes de la Revolución, en este caso, proyectándolos como fundadores, como héroes culturales, no héroes políticos, sino fundadores del México moderno y en ese sentido hay una gran parte de pensamiento religioso detrás de eso. Mucho más claro en Diego Rivera.

RC.- Don Salvador usted es uno de los mexicanos mas estudiosos del zapatismo, ¿Cómo debemos ver los mexicanos a este personaje?
SRS: En la actualidad debemos verlo en su dimensión humana, no heroica, como un hombre que intentó resolver los problemas de su generación que buscó los caminos, legales, políticos y militares que lo llevaran a resolver problemas de muchos años, que parecieran imposibles, como un hombre que pudo entregarle a la gente las herramientas para resolver los problemas de su propia generación.

RC.- ¿Cómo participa en el libro “México 1810, 1910, 2010 un país en construcción”?
SRS: Hice el estudio introductorio de estos ensayos. Intenté entrelazar estos ensayos de varios autores, un recuento de 200 años de historia.

RC.- ¿Desde cuándo asume la dirección del Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec?
SRS: Bueno, mira, yo soy director por primera vez en 1990 cuando el Arqueólogo Roberto García me nombra director del museo, estuve 3 años; posteriormente fui director de estudios históricos del INAH, después el director Luciano Cedillo me nombra nuevamente director del Museo Nacional de Historia, puesto en el que estoy por cumplir 6 años, así que 6 más los otros 3 ya serían 9. Es algo muy satisfactorio, muy honorable, yo me siento como si estuviera cumpliendo un sueño.

RC.- Qué experiencia ha tenido como director de dicho museo.
SRS: Bueno, como persona, he llegado a conocer maneras de ver, de pensar, de gobernar, de crear, que nunca me hubiera imaginado que hubiera sido posible conocer si hubiera estado solamente en mi cubículo. Y desde el punto de vista de historiador me ha dado la posibilidad de ensayar distintos lenguajes, no solamente el escrito que es lo que hace normalmente un investigador que escribe, o el oral, cuando da clases, sino el plástico, el buscar lenguajes con las puras cosas, y armar exposiciones en donde las cosas sean las que tienen la palabra eso solamente trabajando en un museo.

RC.- ¿Podemos decir qué en el Castillo de Chapultepec es dónde estamos más cerca de nuestra historia?
SRS: Este es el lugar que es el receptáculo de los objetos de nuestra historia, el principal receptáculos de los objetos de nuestra historia de los últimos 5 siglos.

RC.- ¿Ahí estuvo el primer observatorio astronómico de México verdad..?
RSR:  Sí señor, en 1876 don Francisco Díaz Covarrubias que era un matemático y astrónomo, funda aquí el observatorio que se queda varios años acá y estamos hablando del primer observatorio moderno, es decir que tenía aparatos de medición, telescopio, lo más nuevo de la ingeniería puesta a disposición de la Astronomía y todavía algunos aparatos se quedan de tiempos de don Porfirio Díaz; a él le gustaba cuando vivía aquí en las noches ver las estrellas y hacer mediciones, pero luego cambia de aquí a Tacubaya, porque cuando creció la ciudad se acercaba más la  luz  y era imposible hacer mediciones exactas.

RC.- ¿Primero fue el Museo del Imperio?
SRS: Claro, el Alcázar es el museo de sitio del Castillo de Chapultepec, lo que conserva son las recámaras imperiales que son el antiguo Museo del Imperio que funda Manuel González hacia 1880.

RC.- Don Salvador, ¿qué tantas historias se guardan en esas 45 salas del castillo?
SRS: Señor, se guardan todas las que usted guste leer, entender e imaginar; se guardan algunas que son menos conocidas, por ejemplo en la Sala de Acuerdos que está en el Alcázar, es de donde sale Madero, donde lo reciben con sus caballos los cadetes hacia la jornada trágica, aquella “Decena trágica” donde pierde la vida. El 9 de febrero sale de aquí de Chapultepec. Es en ese mismo lugar -en la parte alta- donde don Porfirio Díaz tuvo su entrevista con el periodista James Creelman que para mi gusto es el origen real de la Revolución Mexicana porque es el anuncio de la posibilidad de la contienda democrática por la presidencia y que inquietó a los posibles candidatos y es el inicio de la Revolución; en el mismo salón se firmaron los tratados de paz entre la iglesia y el estado que da fin a la guerra de los cristeros, ahí se firmaron los tratados de paz del Salvador, en 1992. En este lugar se han tomado muchas decisiones importantes; aquí pasó la noche Benito Juárez antes de entrar a la Ciudad de México y fue donde revisó el discurso, donde dijo su famoso apotegma: ”El respeto al derecho ajeno es la paz”; es aquí donde Lázaro Cárdenas decide convertir al Castillo de Chapultepec en  el receptáculo de la memoria de los mexicanos, de la memoria hecha objetos que es el Museo Nacional de Historia, pero además los propios objetos cuentan historias que tienen que ver con el gusto de la manera de ser y de pensar del periodo virreinal hasta el periodo cardenista.

RC.- ¿Qué objetos se exhibieron en la exposición “Zapata en Morelos”?
RC.- Mostramos piezas que nunca habían salido de Morelos, que nunca habían llegado a México; piezas personales de Emiliano Zapata, su sombrero, su pantalón, su calzón de manta, una pistola que le regaló Pancho Villa, su cama, objetos de su caballo, la silla de montar, etc., se hizo una exposición que no fuera biográfica, de Zapata, sino que lo manejáramos como el hito que cambió la historia en el estado de Morelos.

RC.- ¿Por qué es importante la historia maestro?
SRS: Decía alguna vez Nietchze que la historia tiene inconvenientes y el primer inconveniente es que  nos impide ser felices, ¿Por qué?, porque nos deja memoria, en cambio los animales que no tienen memoria, pueden ser felices porque no se dan cuenta de lo que está pasando; la ventaja de la Historia es que nos dice cómo hemos sido para podernos dibujar como somos y cómo creemos que somos y después planear cómo queremos ser.

RC.- Maestro Salvador, su aportación a la cultura e historia es única. ¿Cómo logra esa excelencia?
SRS: No, mira, leí tu pregunta y se te agradece, pero no, de ninguna manera es tan importante mi aportación, lo único que hago es trabajar…como usted; cada quien aportamos nuestro granito de arena..

RC.- ¿Quién es Salvador Rueda Smithers?
SRS: Salvador Rueda es un historiador, cincuentón que se ha preocupado por entender los mecanismos de la memoria y busca a través de los distintos elementos que esa memoria ha ido reconstruyendo  crear un área de orden que me permita narrar una historia. Eso es todo.

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