El periodista cultural tapatío Eusebio Ruvalcaba presenta su libro “La Música” en velada amenizada por la chelista Rocío Orozco

el acompañamiento de la chelista Rocío Orozco, amiga cercana del autor.

Eusebio Ruvalcaba dijo que este es un libro modesto al que ha dedicado muchas noches y nostalgias, una obra plagada de imágenes de diversas épocas de su vida.

“Hay muchas palabras que tienen su inspiración en las tertulias en la casa de Rocío Orozco, donde alguna vez me tocó escuchar a Juan José Arreola, además de música exquisita”.

Recordó que en este libro se exalta también la improvisación musical, la magia de esas notas que alguna vez escuchó a su padre “sacarse de la manga” para pasmarlas en el violín.

El poeta leyó, con el acompañamiento musical de Rocío Orozco, el poema Destino: la música, obra en la que confiesa que toda su vida ha estado escuchando música, incluso antes de nacer, en la placenta sonora de su madre, quien solía acompañar a su padre en sus ensayos.

A continuación leyó el poema Del pianista y otros misterios, en el que afirma que sólo en la música hay niños prodigio, un medio no obstante ajeno a la voluntad del hombre. “No habrá otro Mozart por la misma razón que no habrá otro Zeus”, expresó Ruvalcaba.

Otro poema muy celebrado durante la velada fue Una partitura, en la que recuerda la sonata para violín y piano de César Frank, que su madre y su padre solían tararear en su casa de la niñez, incluso en la cocina, mientras preparaban la comida del día.

Eusebio Ruvalcaba nació en Guadalajara, Jalisco en 1951. Ha publicado varios títulos como Un hilito de sangre, Los ojos de los hombres y Desde la tersa noche, además es colaborador de diversos diarios y revistas. Ha obtenido diversos premios y distinciones, y actualmente pertenece al Sistema Nacional de Creadores del Conaculta.  

Como coordinador de talleres de creación literaria, apreciación musical y periodismo cultural, ha prologado libros, discos y catálogos de artistas plásticos. Entre otras distinciones, en 2008 recibió la presea Sor Juana Inés de la Cruz.

Ruvalcaba presentó también el poema De padre a nieto, donde recuerda el violín de su padre, mismo con el que su hijo estudia música y al que rememora como un arma de arco que ha cumplido su misión a través de las generaciones.

Leyó también Solicito un oboísta, donde imagina a un músico quizá salido de los vagones del Metro capitalino o en alguna calle, y quien tendrá como encomienda seducir con su música a la mujer amada.

Ruvalcaba recordó que en Francia, en el siglo XIX, se tocaba a los condenados a muerte música de Bach, para que aquel acompañamiento los invitara a realizar sus últimas reflexiones.

“La música siempre nos ha servido para sanar el alma y para reconciliarnos con nuestra propia alma, aún en los momentos más tormentosos. La música tiene un poder que sobrepasa nuestro espíritu”, concluyó Eusebio Ruvalcaba.
Eugenia Montalván, representante de la Editorial Lunas Letras, dijo que este volumen contiene textos de gran colorido, profundidad y de una estructura de gran calidad.

“Creo que en este libro está contenido también el amor profundo de Eusebio por su padre músico, a quien recuerda en muchas de estas obras con las que sin duda, tocará el corazón de los lectores”.
HBL

Fuente: (CONACULTA)

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