Él se debilita para sólo brillar

lado caminando en todo instante junto a ti, dice el Rey.

En este proceso, cuando yo actúo como en otros momentos, te corresponde esperar.  Susurré suavemente a tu oído.  Será suave y dulce, he cumplido.  Poco a poco las inquietudes de la familia se ajustan, las emociones toman su lugar y las reflexiones avanzan abriendo camino al nuevo tiempo.

Al caminar te acostumbrarás a la nueva morada, a su presencia cercana a ti. Sonarán las campanas del honor, del recuerdo, del respeto a su memoria.  Recordarás palabras sabias, actitudes ejemplares y curvas que pusieron en riesgo la estabilidad.  Podrás reconocerlas.

Entenderás por qué encomendé a él tu cauce aunado al de tus hermanos, el nacimiento y el cuidado de todos ustedes. Deposité en ustedes su alegría, su fuerza, su música, su perseverancia y ánimo incansable.

Entenderás que en sus brazos, fuertes, finalmente debilitados encomendé tu cuidado y educación.  Que sus pasos firmes te guiaron y con mano cariñosa te enseñaron. Ha cumplido su labor.  Nadie podrá decir que no fue valiente y que persiguió sus más ambiciosos sueños sin cobardía.  No juzgues.  Laboró como los grandes, como guerrero de Cantabria, siguiendo las huellas dispuestas para él.

Abraza a tu familia, a tu madre, hijos y hermanos, todos son y serán su jardín.  Siempre será tu padre, la semilla donde empezó todo y a quien tanto se le debe.

Recuerda sus pensamientos: “el juego es lo más ingrato que hay, se mete en la sangre, en los huesos y en la mente.” O hablando de tareas impuestas, “Cómo gira el mundo en base a afanes inútiles.” O en consejos a sus nietos: “Elige el camino recto, aunque parezca difícil.”  O “El respeto a su madre es primero.”  Exudaba alegría por su tierra y en sus paseos era uno con la naturaleza.

Contéstame: ¿Dónde queda la semilla al crecer el árbol?  En el árbol mismo. Jamás la dejó. Por sus frutos le conoceréis.

Acostúmbrate con gozo. Él se transforma en ti y jamás dejará de ser así.

Esto os hace saber el Rey.

elmensajedelrey@hotmail.com

En honor a mi padre cuyo brillo se debilita, sólo para brillar más.

¡Gracias por todo abuelo!

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