El pianista Rodolfo Ritter sugiere atinadamente poner música clásica en primarias, secundarias y estaciones del Metro

clásica entre los niños a temprana edad, durante los descansos en todas las primarias y secundarias de nuestro país”. Pero además, se podría transmitir música de Tchaikovsky, Beethoven o Bach en las estaciones del Metro, apunta.

Rodolfo Ritter, considerado uno de los mejores intérpretes en nuestro país, debutó en 2003 en el Palacio de Bellas Artes y hace unos días presentó su primera producción discográfica Primero/Piano. Y en entrevista advierte el siguiente diagnóstico: “Por ahora estamos tratando de abrir un camino nuevo en este terreno, para que las nuevas generaciones no luchen tanto. Pero todavía estamos mal porque los jóvenes luchan demasiado para ser escuchados, comienzan tarde a estudiar o no cuentan con un estudio vocacional”.

Además, la apreciación de la música en México sigue siendo muy elemental. “Obviamente a la gente no le gusta la música clásica porque ni siquiera la escuchan, les da miedo. Hay mucho prejuicio también y por otro lado hay una cantidad de talentos que quieren hacer las cosas”, explica.

“Pero todo tiene que ver con los primeros años de formación, con lo que vives. Por ejemplo, es común ver bailar a niños canciones de Shakira –y lo hacen muy bien, con todos sus movimientos–, porque esa es la información que comen, que consumen. Y no estoy diciendo que no lo deban escuchar, sólo que el gobierno y la educación no les permiten ni les dan la oportunidad de acceder a otros géneros”, detalla.

“Estos niños, a mi parecer, van a crecer con una carencia porque la música es muy formativa, y en las grandes potencias como Alemania, Francia, Estados Unidos e Inglaterra la música es esencial desde que los niños son muy chicos”.

MÚSICA SIN MIEDO. A esto se suma la división entre música clásica y popular, explica, y “por desgracia es inevitable emplear las etiquetas y no me puedo sustraer. Sólo quisiera que llegara un punto en donde la música clásica no dé miedo.

“Aún hay mucho miedo y como que la gente supone que la música clásica siempre es aburrida, la rechazan. Sin embargo, casi todo el cine, como con las cintas de Stanley Kubrick, está basado en selecciones de grandes compositores clásicos”.

Al final toda la música es de concierto, sólo que las diferencias son visibles. La música clásica es más trabajada, los compositores se esmeran más y el intérprete y el escucha tienen que estar vinculados. Además el escucha tiene que hacer un esfuerzo. No es música para el elevador. El escucha tiene que pensar por qué la música también genera reflexión, sueños, imaginación y atmósferas, destaca el pianista.

Para enfrentar esta deficiencia, Rodolfo Ritter apunta que los artistas tienen la responsabilidad de acercar al gran público su música, dejando de lado los términos musicales que las personas no saben emplear o no conocen.

La música clásica es un platillo que no todos conocen. Un platillo que los músicos deberíamos acercar o, explicar; explicar que es un platillo producido en determinada región. Esa es la base que ayudaría a cambiar al público y la gente no le tendría miedo. Vamos a probar, no pasa nada, no muerde.

Fuente: (cronica.com.mx/Juan Carlos Talavera)

 

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