“Mexicas, el pueblo elegido”, novela histórica de Jaime Montell que nos revela Tenochtitlan a través de la figura mítica de Tlacaélel

conquista? De eso trata esta novela histórica, dice el historiador Jaime Montell, en su libro Mexicas, el pueblo elegido, donde recrea el pasado utilizando un lenguaje accesible a todo el público.

Para Jaime Montell persiste un vacío, “una especie de hueco en esta parte de la recreación de la historia y me atreví a intentar llenarlo un poco. Sólo tenemos muy vagas referencias de este tiempo, como en Tlacaélel de Antonio Velasco Piña y Azteca de Gary Jennings”, señala.

El volumen, nos recuerda nuestras dos raíces y origen como pueblo mestizo. Por un lado abunda en la raíz indígena, se detiene y brinda detalles insospechados; y la española, necesaria para entendernos a nosotros mismo, destaca.

Editado por Grijalbo, la novela no es una clase de historia ni una apología de la era prehispánica, sino un acercamiento a lo que pudo ser, con apoyo de las fuentes históricas.

“Pero fueron muy importantes las bases históricas. Me documenté y puedo asegurar que los hechos y personajes principales históricos son reales, aunque algunos secundarios sí son ficticios, pero todo está bien fundamentado”, argumenta.

Sin embargo, señala que no fue sencillo dado que existen distintas visiones de un mismo hecho. Una fuente vital para este trabajo, reconoce el historiador, fue el Códice Florentino, libro que aporta el punto de vista indígena; el Códice Ramírez, y las referencias de Tezozomoc, Ixtlixóchit y de Nezahualcóyotl.

TLACAÉLEL. Con Mexicas, el pueblo elegido, el historiador indica que intentó trascender la historia para llenar esos huecos y narrar cómo se forjó el imperio hasta antes de la Conquista”.

Uno de los personajes principales en esta historia es el famoso Tlacaélel, hermano de Moctezuma Ilhuicamina, quien abarca casi toda esta etapa. “Cuando Tlacaélel es un niño, detalla, Tenochtitlan aún es un pequeño poblado en el islote, con chozas de barro. Y cuando muere, apenas treinta años antes de la llegada de Cortés, ésta ya es la gran urbe Mesoamericana, con sus grandes pirámides y el Templo Mayor”.

En la obra, el autor nos conduce por los convulsos años en los que Tenochtitlan deja de ser una ciudad asediada para convertirse en la capital del mundo prehispánico, de la mano de hombres como Itzcóatl, Moctezuma Ilhuicamina, Nezahualcóyotl, Axayácatl y la figura mítica de Tlacaélel, considerado por la historia reciente como el hombre que soñó al imperio mexica y quien le dio las bases que lo llevaron a la gloria.

Para el también autor de La caída de México Tenochtitlan y Karuna, historia de un encuentro, Tlacaélel es un personaje increíble que debería ser uno de nuestros referentes nacionales. “Por desgracia lo tenemos muy poco claro. Miguel León Portilla se ha ocupado un poco de rescatarlo. Se trata de un personaje poco referido”, apunta.

Y apunta: “pienso que debería ser una referencia porque este personaje fue importantísimo en la construcción del imperio Mexica. Él fue hermano de Moctezuma Ilhuicamina, hijos ambos de un tlatoani, y ambos tenían derecho al trono.

Aunque él nunca fue un político, sino un hombre de pensamiento, decidió quedarse atrás del trono para forjar las leyes del estado, religiosas y estuvo muchos años. Fue el motor, el impulsor en la transformación de los mexicas”.

Fuente: (cronica.com.mx/Juan Carlos Talavera)

 

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