libro, donde lo mismo proporciona pequeñas recetas de cocina que confiesa sucesos sobre sus experiencias culinarias, alrededor del país así como en otras naciones; lugares a los que llegó como funcionario de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) desde los 19 años.
El historiador prefiere denominar a sus escritos aquí reunidos, como “textos autobiográficos cuya característica singular es que el hilo conductor que les da coherencia son los asuntos alimenticios o gastronómicos”.
De esta manera, José N. Iturriaga da cuenta de que en México, la comida está en todas partes, lo mismo en las cocinas familiares que en las banquetas de cualquier colonia; en la fiesta, el mercado y la feria. Basta que alguien coloque un anafre en el zaguán de su casa para que se congreguen comensales de todo tipo a degustar un rico antojito acompañado con alguna de las muchas bebidas populares, todo ello sazonado con una amena conversación.
Escenas, olores y sabores vienen a la mente con textos como con el que inicia el libro: “Uno de mis recuerdos más remotos es que yo nunca le pedía dinero a mi madre para comprar dulces, sino para comprar antojitos mexicanos que ella y yo compartíamos. Entre sus favoritos estaban los pambazos de doña Bartolita, una gorda viejecita de cabello totalmente blanco, medio encorvada, que ponía su anafre con carbón en la puerta de una vecindad coyoacana, de la calle de Tres Cruces, en la Ciudad de México…”
En este viaje se hacen presentes la quesadilla y el caviar, los tacos dorados y los huevos de pato, unas buenas enchiladas verdes y platillos tan disímiles como los lugares de donde provienen, Rusia y Yakarta, Colombia y Toluca.
Pero no sólo se come bien junto a Iturriaga, también se bebe de todos los vinos, incluyendo los de frutas, sin faltar las bebidas tradicionales mexicanas como el tequila y el mezcal. Acompaña la comida con una exquisita sobremesa en la que los postres son una serie alfabéticamente ordenada de refranes populares que se relacionan con la comida, vasta, como es el gusto de comer.
José N. Iturriaga ha obtenido los premios: International Slow Food 2003 (Italia), Internacional Malcolm Lowry del INBA en 1988, y José C. Valadés 2008, y fue condecorado con la Orden Caballero Águila en 2010. Ha sido consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en materia de reservas reguladoras alimenticias, y trabajó durante 28 años en la Conasupo.
Fue Director General de Culturas Populares en Conaculta, y es autor de alrededor de 40 libros; es vicepresidente del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, Organización No Gubernamental que preparó el expediente aprobado en 2010 por la UNESCO para declarar a la cocina mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Confieso que he comido. De fondas, zaguanes, mercados y banquetas se presentará el jueves 16 de junio a las 18:30 horas, en el Patio Jacarandas del Museo Nacional de Culturas Populares, Avenida Hidalgo No. 289, colonia Del Carmen, Coyoacán, con la participación: de Guadalupe Loaeza, Vicente Quirarte, Froylán López Narváez y el autor, así como la primera actriz Pilar Pellicer en la lectura de textos.
Fuente: (CONACULTA)
