Jacobo súper estrella

conductor de noticieros, se convirtió en el mayor “líder de opinión” en la historia del país, principalmente a través del noticiero 24 Horas. Por desgracia ese gran poder estaba al servicio de las clases dominantes y del partido hegemónico. El mejor testimonio al respecto lo ofrece el “Tigre” Emilio Azcárraga Milmo, dueño y gran señor de la empresa, quien declaraba sin ambages que era “un soldado del PRI”. A esa línea se ajustaba disciplinadamente Jacobo.

La ruptura con Televisa por conflictos con el junior del “Tigre” constituye un parteaguas en la vida profesional del laureado periodista. El primero de septiembre de 2001 salió de nuevo al aire, ésta vez en radio, con el noticiero “De una a tres”. El acartonado vocero oficialista dio paso a un rejuvenecido Jacobo, crítico y dicharachero. Según él mismo informa y presume, de acuerdo con estudios de audiencia de IBOPE, su noticiero es el más escuchado de la radio.
Son varias las razones que explican el éxito de su emisión. Entre ellas que hace gala de las reglas clásicas del periodismo: claro, conciso y preciso. Asume a cabalidad su papel de mensajero y no de protagonista de los hechos noticiosos. Respeta y da voz a sus entrevistados, sabedor de que el chiste es hacerlos hablar de lo que la audiencia quiere saber. A diferencia de los que se dedican a hacer entrevistas a modo a los voceros oficiales y convertirlas en verdaderas celadas para los adversarios del régimen, que son la abrumadora mayoría.

Por otra parte, a partir de marzo de 2007 publica “solo los lunes pero todos los lunes” su columna “Bucareli” en El Universal. Natural y usualmente es de las más leídas en el país. Sin embargo, la publicada el lunes pasado titulada ¡Es la silla, idiotas! se convirtió en un hito. Al momento ha sido visitada en su página web, es de suponer que también leída, por 112 mil 386 personas. Todo un récord en un país “que no lee”.

¿Por qué ha suscitado tanto interés? Pues resulta que se aventó al ruedo con el estoque pelado y se tiró a fondo sobre el tema de la próxima sucesión presidencial. Pero lo hizo desde un ángulo que no es usual, por decir lo menos.
La aborda desde la relación entre el poder económico y el político, con nombres y apellidos, pelos y señales. Nada de dejarlo a la imaginación o a los ancestrales “valores entendidos”.

Desde las primeras líneas atrapa la atención: “Si para Carlos Slim no ingresar a la televisión fue un gancho al hígado, para la izquierda mexicana ha sido un descontón que la sacó del ring”. Sopas. “La presencia inmediata y rotunda de otra opción televisiva cuando ha comenzado la turbulencia previa a la gran fecha de la política mexicana, habría abierto la posibilidad de equilibrar la fuerza de las campañas, dar voz a quienes sólo la logran, si la logran, en la medida mínima a que la ley obliga en desventaja con otros políticos favorecidos descaradamente por los dueños de medios”. Mira quién habla.
Tamaña aseveración ha sacado ronchas a más de uno. ¿En qué se basa para suponer que una eventual cadena televisiva de Slim daría voz a la oposición de izquierda para equilibrar la contienda? Vamos por partes, como dicen los de la 47.  Primero da por sentado que la elección será entre López Obrador y Peña Nieto, hecho que todos saben y pocos dicen.

Luego se apoya en evidencias históricas que acreditan su dicho: “Las ligas profesionales, amistosas y mercantiles del ingeniero Slim con funcionarios, artistas, intelectuales, jefes de Estado y líderes de opinión de la izquierda internacional y mexicana no pueden pasar inadvertidas… Destaca su amistad estrecha y pública con el socialista Felipe González, aunque no es consejero oficial del ingeniero, la lógica obliga a pensar que influye sobre su amigo… Ha fortalecido su relación con presidentes sudamericanos de izquierda, como Lula en Brasil y la señora Kirchner en Argentina. No es un hecho menor que doña Cristina, al llegar a México la semana pasada, visitara primero a don Carlos y cenara con él antes de ir al día siguiente a Los Pinos”.

Después da un testimonio que cierra el círculo argumental: “Mantiene trato muy cercano y añejo con Andrés Manuel López Obrador… Me consta, porque durante la jefatura del Gobierno de AMLO asistí a las reuniones mensuales del Consejo Consultivo del Centro Histórico, al que fuimos nombrados cuatro ciudadanos mediante un documento insólito firmado por ambos gobernantes (Fox y AMLO) el ingeniero Slim, el cardenal Rivera, el historiador Guillermo Tovar y de Teresa y el que esto escribe”.
Concluye: “Una televisión nueva, poderosa, capaz de ser competencia en un momento tan oportuno de la política nacional, podría agitar las aguas navegables de nuestros comicios. Imagínese a una conductora non grata en Los Pinos (ahí te hablan Carmen) al frente del principal noticiero de la cadena aplazada”. Y lanza una pregunta lacerante ¿A qué grado influyó todo lo anterior en la negativa del gobierno mexicano a que el señor Slim ofrezca televisión de paga?
La respuesta está en el viento.

Cheiser: Lo que ocurre en el llamado “draft” de futbolistas, es un claro ejemplo de lo que se pretende con la “reforma laboral”. Un autentico tianguis de esclavos en el que las televisoras, dueños, promotores, representantes y directivos compran y venden a su antojo a los indefensos futbolistas ¿Dónde anda el Estado de derecho?

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