Hechos y datos sobre la Batalla del 5 de Mayo, cuando se derrotó al poderoso ejército francés

Al concluir la Guerra de Reforma y quedar instaurado el gobierno republicano de Benito Juárez, la deuda externa de México ascendía a más de 82 millones de pesos.

En julio de 1861, Juárez decretó la suspensión del pago de dicha deuda por dos años; ésta fue una de las causas por las que Francia rompió sus relaciones diplomáticas con México y lo intervino militarmente.

Con el propósito de acordar la justificación de una intervención armada en el país, en octubre de 1861 representantes de los gobiernos de España, Inglaterra y Francia realizaron la Convención de Londres, donde convinieron el envío de fuerzas armadas a territorio mexicano.

A principios de enero de 1862, barcos de guerra de las tres naciones se encontraban anclados en la costa de Veracruz. En abril, españoles e ingleses aceptaron dialogar con las autoridades mexicanas y desistieron de sus propósitos intervencionistas, no así los franceses, quienes invadieron el territorio nacional.

Sin embargo, tras haber enfrentado pequeñas escaramuzas en El Fortín y en Acultzingo el 19 y el 28 de abril, respectivamente, el 5 de mayo, el ejército de zuavos, al mando del general Carlos Fernando Latrille, conde de Lorencez, fue parado en seco por las tropas de la nación a cargo del general Ignacio Zaragoza, que parapetadas en los fuertes de Loreto y Guadalupe y apoyadas por elementos de Felipe Berriozábal, Miguel Negrete y Porfirio Díaz, además de indígenas de la región, batieron al ejército francés, uno de los mejores de su época.

Terminada la batalla, el enemigo contabilizaba 476 muertos y 345 heridos; por su parte, los defensores nacionales tuvieron 83 bajas y alrededor de 130 heridos.

Más tarde, el general Ignacio Zaragoza haría llegar su histórico mensaje al Presidente Juárez: “…Las armas nacionales se han cubierto de gloria. La armada francesa se batió con enorme valor; su general en jefe demostró torpeza en el ataque”.

Presencia mexiquense en la defensa de Puebla

Alrededor de mil 500 elementos mexiquenses, agrupados en la brigada de Felipe Berriozábal, fueron a Puebla a defender la soberanía nacional quebrantada por los intervencionistas galos. Varios de esos nobles soldados desconocidos procedían de los municipios de Sultepec, Tenancingo, Cuautitlán, Ixtlahuaca y otros.

De Toluca partió un batallón de lanceros y numerosos voluntarios, constituido por maestros y alumnos del Instituto Literario, entre los que se pueden mencionar a Francisco Granados Maldonado y Felipe Sánchez Solís.

Ignacio Zaragoza

Defensor de la patria frente a la intervención extranjera. Nació en 1829 en Bahía del Espíritu Santo, Texas, territorio de México en ese tiempo. Realizó sus estudios básicos en Matamoros y en el Seminario de Monterrey.

En 1853 ingresó a la Guardia Nacional de Nuevo León; posteriormente, se sumó a la lucha contra la dictadura de Antonio López de Santa Anna.

Como general, se distinguió por su lealtad a la República. Entre abril y diciembre de 1861 se desempeñó como ministro de Guerra y Marina del Presidente Juárez; más tarde renunciaría a esta responsabilidad para hacerse cargo de un destacamento armado que enfrentó a los invasores franceses.

El 28 de abril de 1862 intervino en la batalla de Acultzingo y, más adelante, Benito Juárez le encargó el mando del Ejército de Oriente para repeler a las tropas imperialistas de Napoleón III.

El 5 de mayo rechazó el avance de los invasores extranjeros, quienes pretendían tomar la ciudad de Puebla. Meses después, el 8 de septiembre, a la edad de 33 años, murió en la ciudad de Puebla a causa de la fiebre tifoidea.

Felipe Berriozábal

Militar y político zacatecano, nació en 1829. Realizó sus estudios profesionales en la Escuela Nacional de Ingenieros de la capital del país.

Entre 1846 y 1847, con el grado de teniente, combatió la intervención norteamericana; también ejerció la docencia en el Instituto Literario de Toluca.

Durante la Guerra de Reforma defendió la causa de la República contra los conservadores; entre 1857 y 1862 fue gobernador provisional del Estado de México por tres breves periodos.

Durante la intervención del ejército francés, apoyó con un valioso contingente de soldados y voluntarios mexiquenses la defensa de Puebla, el 5 de mayo de 1862.

Entre mayo y agosto de 1863 fue ministro de Guerra y Marina del gobierno de Benito Juárez; en octubre de ese mismo año, fue gobernador de Michoacán.

Restablecida la República, se desempeñó como ministro de Guerra en el gabinete presidencial de José María Iglesias. Con Porfirio Díaz, colaboró como ministro de Gobernación.

El 20 de marzo de 1896 asumió el ministerio de Guerra y Marina, cargo que desempeñó hasta su muerte, acaecida el 9 de enero de 1900.

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