Romero, el jalisciense Alfredo Rios El Conde, cortó la oreja del primero y las dos orejas del cuarto y la michoacána Hilda Tenorio oreja del segundo y aplausos en el quinto, abrió el festejo el rejoneador Gastón Santos que saludó en el tercio en compañía de los Forcados Mazatlecos.
Abrió el festejo ante un tercio de entrada y en una tarde nublada el rejoneador Gastón Santos que realizó una limpia actuación con sus caballo tordillos ante el toro Caporal, número 101, negro bragado meano cornidelantero y sin peso en la pizarra, con el cual dejó dos rejones de castigo, cuatro banderillas y cuatro rejones de muerte y pie a tierra, certera estocada para saludar en el tercio. Los Forcados Mazatlecos encabezados por el cabo René Tirado realizaron una excelente pega que puso de pie a los aficionados mexiquenses. Aplausos al toro en el arrastre.
En la lidia a la usanza española, el jalisciense Alfredo Rios El Conde (rosa mexicano y oro) con Quinta Generación, número 188, cárdeno obscuro bragado meano cornidelantero con 470 kilos, farol de hinojos en tablas y de pie, templadas verónicas rematadas con media, banderilló con varias pasadas en falso. Con la pañosa, muletazos en el tercio y derechazos ahí mismo al son de “La Virgen de la Macarena”, con la siniestra, naturales no en el mismo tenor por lo cual volvió a la diestra, para ejecutar otra serie de derechazos; con el acero dejó una estocada caida para cortar una oreja que le otorgó el juez de plaza Don Gilberto Ruiz Torres y su asesor Don Óscar Mejía y le entregó el alguacilíllo Arturo Ramos.
Con Junquero, número 75, negro entrepelado bragado meano cornidelantero con 470 kilos, chicuelinas en los medios; banderilló al cuarteo, al violín y al cuarteo lucidamente. Le brindó a Alberto Beto Preciado para hacer un trasteo con doblones en el tercio y naturales en la boca de riego; con la diestra, derechazos al son de “En er Mundo” con molinetes entreverados y con la toledana un estoconazo hasta los gavilanes para cortar dos orejas y salir en hombros al final del festejo.
La michoacána Hilda Tenorio (rosa y azabache) con Naranjito, número 51, castaño rebarbo cornivuelto con 480 kilos, lo veroniqueó cargando la suerte, bregó hacia el caballo y quitó por chicuelinas rematadas con una revolera. Le brindó al cónclave texcocano para empezar su faena muleteril con pases de tanteo del tercio a los medios al son de “La Macarenita” y tres buenas series de derechazos rematadas con el martinete; se fué tras del acero para dejar una estocada caida y cortar una oreja.
Con Delirio, número 167, entrepelado bragado meano caribello capacho con 470 kilos, verónicas caminandole toreramente del tercio a los medios; le brindó a Don Manuel Cadena y al son de “Juan Colorado”, una faena pinturera y de entrega, estropeada con el estoque: media y cinco descabellos con un aviso entreverado para escuchar aplausos.
El zacatecano Antonio Romero (azabache y albo) con Paché, número 41, negro bragado cornivuelto con 460 kilos, poco con el percal. Le brindó al empresario Marco Castilla, para con la pañosa una faena riñonuda con muletazos por ambos pitones rematadas con manoletinas viendo al tendido; con la toledana, una estocada para escuchar aplausos.
La apoteósis vino con el toro que dió el cerrojazo a la Feria, Cesarín, número 83, negro bragado meano cornidelantero con 490 kilos, farol de hinojos en tablas y de pie, chicuelinas; quitó por chicuelinas con tafalleras entreveradas. Le brindó su histórico trasteo al cabo de los Forcados Mazatlecos, René Tirado y al son de “La Marcha de Zacatecas”, un faenón de más de cien muletazos de todas marcas a un bravo, fijo y noble toro de Jaral de Peñas, para indultarlo y salir en hombros del coso texcocano.
La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento
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