“Cámara Lambdoma” da vida musical al mural de Diego Rivera, “El agua, origen de la vida”, en la fosa del “Cárcamo de Dolores”

el mismo lugar por el artista sonoro Ariel Guzik.

El Museo de Historia Natural y el inventor Ariel Guzik presentaron el sábado por la tarde la máquina sonora llamada Cámara Lambdoma, que capta vibraciones presentes en el aire y en el agua subterránea y las convierte en sonido.

La presentación pública fue acompañada de un ejercicio musical poco común en el que, por separado, el cantante Juan Pablo Villa y los músicos Juan Cristóbal Pérez Grobet, Daniel Aspuru y el propio Ariel Guzik hicieron improvisaciones armónicas con la voz, instrumentos de cuerda, percusiones y un saxofón. Cada intervención musical era registrada y convertida en nuevos sonidos por la Cámara Lambdona, que es una compleja combinación de un instrumento de cuerdas de alta tecnología, con unas flautas gigantescas de metal, parecidas a un gigantesco órgano.

El instrumento detecta armonías y multiplica su efecto. Un centenar de persona acudió a la presentación, en la que un sistema especial de bocinas reprodujo el concierto, dentro y afuera del recinto, que tiene en el centro una fosa de más de cinco metros de profundidad.

El mural del Cárcamo de Dolores fue pintado por Diego Rivera con el deseo de que estuviera hundido en el agua, ya que fue creado en  el cárcamo que, en 1951, unía las aguas procedentes de los ríos Lerma y Cutzamala y que abastecen a los habitantes de la ciudad de México.

El mural estuvo sumergido en agua poco más de 40 años, entre 1951 y 1992, pero fue necesaria una intervención para desviar las aguas de los ríos porque las pinturas no resistieron, como sus fabricantes prometieron.

Una vez que se desviaron las aguas del cárcamo, el mural que representa el origen de la vida fue restaurado, al igual que la plaza que la rodea, la cual fue remodelada por el arquitecto Alberto Kalach.

La gente que acudió a la apertura guardó silencio durante todos los ejercicios armónicos que proponían los artistas y multiplicaba la Cámara Lambdoma. El concierto se presentó por única ocasión, pero la máquina sonora se quedará en el Cárcamo de Dolores.

Entre los asistentes, el músico Enrique España calificó como genial el concepto sonoro en el cárcamo, pero sobre todo se mostró interesado en conocer y descifrar cómo funciona la Cámara Lambdoma, que todos los días convertirá en sonido las resonancias del agua que ahora pasa a los lados del cárcamo y del aire que le rodea

“Parecía que el cantante alcanzaba un espectro de tonos mucho más allá de lo que canta una persona normal”, comentó Santiago, un joven de 24 años. “Es como si sintieras el respirar de la Tierra, un ciclo que sube y baja, pero con diferencias muy pequeñas”, describió Sofía Becerra, de 27 años.  “Esto traduce vibraciones de aire, luz y agua en sonido, y me parece maravilloso enlazar eso con el mural de Diego Rivera; es una experiencia completa”, apuntó Diana Rodríguez, de 28 años.

Fuente: (CONACULTA)

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