La yucateca Lupita López arma un alboroto, corta dos orejas y sale en hombros de la Plaza de Toros “Silverio Pérez” de Texcoco

Amealco, Querétaro, dehesa fundada en el año de 1980 con divísa colores verde olivo y rojo y un toro de San Isidro de Don Juan Francisco J. Guerra Estébanez, vecino de San José de Gracia, Aguascalientes con los cuales la española Mary Paz Vega cortó una oreja y escucho silencio, la moreliana Hilda Tenorio escuchó silencio en sus dos toros y la triunfadora fué la yucateca Lupita López que cortó una oreja a cada uno de sus enemigos para ser la triunfadora del festejo y salir en hombros de los aficionadaos texcocanos.

Abrió el festejo Mary Paz Vega (malba y albo) con Simbad, número 42, chorreado y cornivuelto con 478 kilos, al cual recibió con templadas verónicas y remató con dos medias por ambos pitones. Con la pañosa, una faena con largos y templados derechazos rematados con el martinete y coronada con un estoconazo para cortar una oreja que le fué otorgada por el juez de plaza Don Gilberto Ruiz Torres y su asesor Don Óscar Mejía y fué entregada por el alguacilíllo el licenciado Arturo Ramos.

El cuarto fué Debutante, número 3, negro bragado meano bien puesto con media tonelada de peso, verónicas cargando la suerte y quitó por navarras rematadas con una garbosa revolera. Con la pañosa una faena de maestra del toreo a un tío con toda la barba, mal con la toledana: pinchazo, estocada y diez descabellos con dos avisos entreverados para escucher silencio.

La moreliana Hilda Tenorio (albo y oro) con Dinastía, número 52, cárdeno obscuro bragado meano y cornidelantero con 470 kilos, al darle el primer capotazo en el burladero de matadores el burel se descordó y ahí mismo fué apuntillado, en su lugar salió Palomo, número 19, cárdeno claro bragado meano cornidelantero con 490 kilos con el cual nunca se acomodó con el percal por el fuerte viento y que fué esplendidamente bregado por Fernando García. Con la pañosa intento acomodarse pero no le fué posible por lo que cortó por lo sano dejando una estocada para escuchar silencio.

El quinto fué de la ganadería de San Isidro, Viajero, número 25, cárdeno claro listón bragado meano cornidelantero con 460 kilos, al cual veroniqueó con elegancia. Tratando de hacer faena a un toro que le regateaba las embestidas, Hilda se eternizó hasta escuchar un aviso y escuchar nuevamente silencio.

Pero el alboroto lo armó la yucateca Lupita López (marino y oro) con Fina Estampa, número 44, negro girón careto capacho con 475 kilos, excelentes verónicas rematadas con una revolera para cartél y quitó por espléndidas fregolinas. En el segundo tercio se desmonteró Adolfo Sánchez. Le brindó al cónclave texcocano para realizar una faena llena de entrega y torerismo con muletazos sobre todo por el pitón diestro y con la toledana una media estocada para cortar una merecida oreja.

No satisfecha con lo realizado, se superó en el que cerró plaza, Buen Amigo, número 26, cárdeno obscuro bragado meano cornidelantero con 465 kilos, lo recibió con sabrosas veronicas y la revolera que le resulta ni pintada; hízo un quitazo por gaoneras que pusieron de pie a los aficionados y con la pañosa una faena con muletazos llenos de inventiva y decisión coronados con otra estocada para cortar otro apéndice y salir en hombros de la afición texcocana.

La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento

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Foto: Cortesía Emilio Méndez

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