Recordando a Pedro Infante, un pícaro simpático, fiel a sus infidelidades y con un gran corazón

Infante, quien con su carisma y voz traspasó fronteras y elevó el espíritu mexicano entre los años 40’s y 50’s entró a formar parte de la Orquesta Estrella de Culiacán, en 1932, y en 1939 emigró a la ciudad de México, donde obtuvo un contrato en la XEW. 

Aunque la calidad de sus interpretaciones fue dispareja, Infante brilló en el cine por encima de tramas absurdas y de personajes hechos a su medida.

Es cierto que le ayudaron sus canciones, pero no todas sus cintas fueron musicales. Sus primeros filmes no apuntaron hacia la creación de un mito.

El resultado de su primera reunión con el director Ismael Rodríguez en Escándalo de estrellas (1944) no permitió pronosticar lo que surgió de esa colaboración.

Tuvieron que venir varios títulos, como Nosotros los pobres, para que la figura de Infante, llamado también el Ídolo de Guamúchil, se incluyera en la historia del cine mexicano.

A partir de entonces su fama, sus películas y sus canciones se adentraron en el corazón de la gente, que lo ha mantenido vigente tras 57 años de su muerte.

Se convirtió en el actor y cantante más famoso de la Epoca de Oro del Cine Mexicano y participó en cintas como: Cuando lloran los valientes (1945), Soy charro de rancho grande (1947), También de dolor se canta (1950), El inocente (1955) y El mil amores (1957). ¡Viva mi desgracia! (1943), Vuelven los García (1946), Cartas marcadas (1947), Dicen que soy mujeriego (1948), La mujer que yo perdí (1949), El gavilán pollero (1950), El enamorado (1951) y Los hijos de María Morales (1952), son otras de sus cintas. Se volvió un icono de México por su interpretación de Pepe el Toro en la trilogía Nosotros los pobres, Ustedes los ricos (1948) y Pepe el Toro (1952).

Y por la cinta Tizoc (1956) ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín y el Globo de Oro en Hollywood. Entre sus películas más reconocidas están: Los tres García (1946), Los tres huastecos (1948), A toda máquina (ATM 1951), Un rincón cerca del cielo (1952), Escuela de vagabundos (1954), Pablo y Carolina (1955), Dos tipos de cuidado (1952) y Qué te ha dado esa mujer. Para muchos, Infante representó lo que todo mexicano debía ser: hijo respetuoso, amigo incondicional, amante romántico y hombre de palabra.

El concepto de “macho mexicano” alcanzó en él una acepción difícil de comprender fuera de México.

El “macho” de Pedro Infante no era un hombre violento y capaz de dañar a las mujeres, por el contrario, fue un pícaro simpático, inconstante, fiel a sus infidelidades y con un gran corazón. Algunas de sus canciones más reconocidas fueron: “Con el tiempo y un ganchito”, “Amorcito corazón”, “Dicen que soy mujeriego”, “Cielito lindo”, “Despierta”, “Qué te ha dado esa mujer”, “Carta a Eufemia”, “Cien años” y “Yo no fui”.

Se casó sólo una ocasión y fue con María Luisa León, aunque tuvo otras parejas, entre ellas Lupita Torrentera, con quien procreó dos hijos: Pedro y Lupita. En 1939 inició una relación con la actriz Irma Dorantes, con la que tuvo otra hija llamada Irma.

Su carrera culminó con un Ariel, por parte de la Academia Mexicana de Cinematografía, en la categoría de Mejor Actor por su papel en La vida no vale nada (1954).

Pedro murió el 15 de abril de 1957 en un accidente aéreo, cuando viajaba como copiloto en un avión B-24, el cual partió de Mérida, Yucatán, con destino a la ciudad de México, pero se desplomó poco después de despegar.

Su muerte fue un duro golpe para el cine y la música de América, pero sobre todo para sus admiradores, quienes a partir de entonces, acuden cada 15 de abril a la tumba del actor para rendirle homenaje e interpretar las canciones que hizo famosas y que aún se escuchan en la radio.

Fuente: (Notimex)

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