Nueva Ley obliga el ejercicio en las escuelas

establece de manera obligatoria “30 minutos de ejercicio físico”.

– ¿Quién gana…?
El sobre peso y la obesidad es un problema que “afecta a 70% de la población entre los 30 y los 60 años de edad” en México, esto según cifras de la más reciente Encuesta Nacional de Salud. Es decir, se ha convertido en uno de los principales factores que afectan el bienestar de las personas y que pone en riesgo la vida de los sujetos que padecen este mal.

Por tal motivo, las autoridades han fomentado de manera opcional y con métodos que van desde la invitación hasta la persuasión, a que las personas y sobre todos lo menores de edad, tengan una vida menos sedentaria y realicen de manera frecuente alguna actividad física.

Como estas campañas no han tenido el impacto ni los avances necesarios para revertir el problema, ahora el Senado de la República aprobó en el pleno la nueva Ley de Salud, que en uno de sus apartados señala la obligatoriedad de las escuelas públicas de todo el país para realizar “30 minutos diarios de ejercicio físico para prevenir padecimientos de sobre peso y obesidad”.  

Desde este espacio se ha criticado la falta de interés de las autoridades educativas de impulsar el ejercicio y el deporte competitivo en las escuelas, así como la escasa modernización para implementar nuevas estrategias para que la “clase de deportes” deje de ser un adorno en los planes de estudio y se convierta en la materia de Educación Física.

Con esta nueva ley, las cosas no cambian en gran medida. Más allá de las buenas intenciones que implica el hecho de “obligar” a los estudiantes a moverse durante 30 minutos, en el fondo, esto no resuelve el problema de la falta de cultura física en México y que es parte del problema del sedentarismo.

Por tal motivo, habrá que esperar para ver quién o quiénes serán los responsables de llevar a cabo estos 30 minutos de ejercicio en las escuelas, porque hablando de manera estricta, se necesita de métodos, programas y planes de trabajo para que tengan un beneficio real a mediano plazo.

Y es que, sin más especificaciones al respecto, se puede confundir nuevamente el concepto de ejercicio físico con el de actividad física. El ejercicio físico implica una serie de movimientos planificados y diseñados para mejorar la salud y estar en buena forma. La actividad física, es la capacidad que tenemos todos los seres humanos de realizar los movimientos naturales que nuestro cuerpo nos permite; como trasladarnos, sujetar o cargar objetos, etc, etc.

Cualquiera de los dos conceptos, tanto el ejercicio como la actividad física pueden tener un impacto positivo en la salud, pero depende de la frecuencia y la intensidad con que se realicen. Por tal motivo, lo que los ciudadanos debemos entender es que no se necesita tener una rutina diaria de dos horas de entrenamiento para disfrutar un buen estado físico, sino cambiar los hábitos cotidianos.

De cualquier forma, la obligatoriedad de estas leyes no va a solucionar el problema de obesidad por sí solas; se necesita la colaboración de los padres de familia para fomentar en sus hijos el gusto por el ejercicio e incluso por el deporte competitivo. Tan simple como salir a caminar o andar en bicicleta, pasear al perro o ir a los mandados a pie; es una manera de estar activos.

Ojala que esta nueva Ley funcione y disminuyan los niveles de sobre peso y obesidad infantil, pero lo que México necesita es una política que incluya al ejercicio y al deporte competitivo como un factor clave para el crecimiento del país y de su sociedad… tan simple como: “Mente sana en cuerpo sano”.

Redacción Azteca 21

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