Para preservar las culturas wixaricas y chichimecas, se lleva a cabo en Ajijic el “I Festival Sangre Viva”

actividades académicas en torno a las culturas que poblaron la región Occidente antes de la colonización, además de exposición de piezas propias de las regiones Norte de Jalisco y Centro de Guanajuato, así como un recorrido musical que va desde el género prehispánico, hasta lo clásico, el reggae y el flamenco.

Carlos Paz, el organizador del evento, está consciente de que “las culturas y todo lo que tenga que ver con la historia, no están contempladas en los gobiernos. Nos hace falta una visión de entender que los indígenas también somos nosotros, de tener la visión del mestizo. Que somos parte el uno del otro”, dice y añade que hasta el momento la organización va “muy bien para ser el primer festival de su tipo. La gente me pregunta de dónde voy a sacar tanto tiempo para tantas actividades en dos días, pero yo les digo que el chiste es que yo no los haga, sino que la gente colabore”.

Las actividades comenzarán el viernes, aunque inicialmente se había previsto la realización del festival para el mes de febrero. “Se cambiaron las fechas porque se cruzaba con un evento americano que se iba a celebrar en la Ribera, y ellos son quienes más pueden aportar económicamente, porque los mexicanos tenemos olvidado el proceso de mestizaje”.

Sin el apoyo del Gobierno del Estado y con la esperanza de que cuatro mil personas lleguen al lugar para recuperar el recurso que está invirtiendo, Paz comenta que “lni la Secretaría de Cultura me haya tomado las llamadas. Cuando les solicité el apoyo me mandaron al ágora del Ex Convento del Carmen, pero nunca me hicieron caso. También pedí apoyo a otros sectores y sólo algunas empresas se animaron. Lo increíble, es que el Gobierno del Estado de Guanajuato sí me haya apoyado y no el mío, ni porque (el evento) se va a realizar en Jalisco”.

El Festival Sangre Viva cuenta con un presupuesto de aproximadamente 200 mil pesos, “pero sólo conseguí 20 mil por el lado de los patrocinadores. Lo demás ha salido de mi trabajo y mi familia que me ha apoyado. La verdad es que no tengo esperanzas de recuperar el dinero, porque necesitaría que hubiera cuatro mil personas en los conciertos, que son la única manera de recuperarlo. Estoy haciendo esto porque mis padres me apoyan y porque hay un origen en todo esto, que es entender que las culturas prehispánicas son también nuestras”.

El programa

Carlos Paz no se siente solo en la organización del evento. Su familia está con él desde que decidió salirse del sistema en que dice que vivía. Ahora empieza a ver los frutos de su trabajo, el primer Festival Sangre Viva ya tiene repercusiones, si no en el Estado, sí fuera de él. “Tenemos conocimiento de que vienen camiones de Guanajuato, Monterrey, Cancún, incluso viene gente de Estados Unidos… y quizá vienen porque saben que aunque es el primero, es un evento que será de calidad”.

Las actividades van desde conferencias sobre la cultura wixarica, impartidas por investigadores de la Universidad de Guadalajara, hasta conciertos como el de Tribu, una agrupación “que es la mejor de música prehispánica en el mundo. Ellos son los que musicalizan las ruinas de México, y sus integrantes son etnomusicólogos del Museo Nacional de Arqueología”.

Las actividades se llevarán a cabo en dos sedes, la plaza principal de Ajijic y el campo de futbol Cruz Azul, ubicado en la misma localidad. “Habrá una zona de camping y lo que también pretendemos es que la gente de todos los gustos culturales se pueda divertir, por eso los conciertos varían desde Cosmo-danza, que incluye un espectáculo con video; Tribu, el mejor grupo de música prehispánica en el mundo; Leones Negros, una agrupación de reggae mexica; Azul Venado y Los hijos de la Macarrona, que vienen de Monterrey con el género de jazz flamenco”.

Las actividades son para toda la familia y las que se realicen en la plaza principal no tendrán ningún costo; en cambio, los conciertos costarán 50 pesos por día.

El origen

Carlos Paz es un hombre de 33 años que se forjó entre aceites para carros y la literatura histórica. “Mis padres son maestros, mi papá dio clases muchos años en la Universidad de Guadalajara (UdeG) y yo soy mecánico de profesión, me iba muy bien. Llegué a tener puestos de jefe en talleres del Distrito Federal, pero era algo que no me llenaba”.

Un día, Carlos visitó la Sierra Gorda en Guanajuato y “también estuve en contacto con los chichimecas de Querétaro. Entendí que nosotros siempre vemos como menos a los indígenas y que en la misma ciudad los discriminamos, sin saber que forman parte de tradiciones antiguas y que tienen una cosmovisión que nosotros deberíamos de aprender, tienen algo especial, llevan una vida que empata perfectamente con la naturaleza”.
Fue a partir de entonces que renunció a su trabajo como mecánico para irse a vivir a Ajijic, en la Ribera de Chapala, y así desempeñarse como “constructor de sonidos, me dedico especialmente a hacer instrumentos de origen prehispánico”.

La verdad, dice Paz, es que parecería increíble pero en Ajijic “los americanos aprecian más las culturas madres mexicanas, y yo estoy bien consciente que mi oficio como constructor de instrumentos prehispánicos no es para que me haga rico, pero lo hago con pasión porque es una manera de conservar lo que fuimos”.
Si todo sale bien, Carlos amenaza con repetirlo el siguiente año “y si conseguimos recursos, podríamos empezar a soñar con traer las culturas prehispánicas de Latinoamérica, para que la sangre siga viva”.

Asiste
NAVEGA: www.festivalsangreviva.mex.tl

Fuente: (Informador.com.mx)

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