El siglo XXI es el llamado siglo de la mujer: Sara Topelson

Francia en 1998 y la Medalla Mario Pani del Colegio de Arquitectos y la Sociedad de Arquitectos de México 2003, por su contribución a la difusión de esta profesión.

Sara Topelson, quien fungirá como  moderadora de la mesa Arquitectas del Primer Congreso Internacional La Experiencia Intelectual de las Mujeres en el siglo XXI, este viernes 11 de marzo en el Palacio de Bellas Artes, considera que este encuentro es un acierto verdadero que convoca a mujeres de diversos quehaceres y disciplinas para evaluar lo que ha sucedido en el pasado (a 100 años de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer) ver hacia el futuro y cómo el papel de la mujer es uno de los más significativos en la sociedad contemporánea. Agrega que las expectativas acerca de Arquitectas, mesa de discusión que se llevará a cabo el último día del Congreso, son positivas.

“Podremos hablar de los retos de las mujeres arquitectas, de su participación, de los logros, también de las frustraciones, de los éxitos y es una invitación a las mujeres que quieran entrar a este gremio que lo hagan por la puerta grande. Las puertas están abiertas para el ingreso a esta profesión con un gran potencial, pero creo que en todas las profesiones. Es una oportunidad finalmente de hacer un manifiesto de las mujeres. Una manifestación intelectual de lo que las mujeres han hecho,  hemos hecho nosotras, la generación intermedia, y lo que vendrá con las generaciones jóvenes que son las generaciones de la gran consolidación. El siglo XXI es el llamado siglo de la mujer”, estimó  la  ex directora de Arquitectura y Conservación de Bienes Artísticos del Instituto Nacional de Bellas Artes.

En el campo de la arquitectura, a pesar de que las mujeres comienzan a tener mayor participación, la subsecretaria de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio de  Sedesol, considera que se trata de una profesión que por siglos ha sido dominada por los hombres.

“La primera arquitecta mexicana egresada de la Escuela Nacional de Arquitectura  fue María Luisa Dehesa, en 1937. Este año cumpliría 74 años de profesión. Ella narra que en 1937 había 108 alumnos y sólo 5 mujeres. Sólo son 74 años en una profesión que no es nueva. El rol de la mujer empieza a cambiar pero apenas tenemos 74 años, no son suficientes para pensar que hay una verdadera equidad, es un profesión que sigue en principio dominada por los hombres, sin embargo las mujeres ya están incursionado en todos los medios”.

Sara Topelson explica que en los años sesenta, 5 y 15 por ciento de la población estudiantil en las escuelas de arquitectura de México, eran mujeres, en los años ochenta, se incrementó al 25 por ciento, y en la actualidad rebasan el 50 por ciento.  

“La participación ha sido vertiginosa y ya hay arquitectas de fama internacional. El premio más importante de arquitectura, el Premio Pritzker, fundado en 1979, lo ganó una mujer en el 2004,  Zaha Hadid, de origen iraquí que trabaja en Londres y tiene obras impresionantes”, refirió la arquitecta.

Y destaca la manera en que las mujeres tienen una particular forma de ver  y percibir la ciudad para pasar de un urbanismo rígido propio de los años sesenta a un urbanismo más amable que pone al centro al ciudadano. Como ejemplo, menciona a Jane Jacobs, autora del libro Vida y muerte de las grandes ciudades cuya postura es un verdadero ataque contra los principios que modelan la ciudad moderna de manera ortodoxa y propone reorientar a las ciudades con calles que tienen ojos, sin barreras de muros, con parques y banquetas seguras, describió Sara Topelson.

Se trata de diseñar ciudades dividas en barrios en los que la gente convive y se tejen redes sociales al tener todos los servicios indispensables en un mismo espacio (escuela, panadería, consultorio, farmacia, etc.) sin necesidad de desplazarse en automóvil, expuso.

“Nos urge regresar a lo que hacíamos muy bien en México que es la planeación de la ciudad en torno a barrios o colonias, que ofrece todos los servicios; es decir, es el urbanismo con sentido humano y social. Y somos las mujeres las que nos hemos acercado a él porque vemos que es el entorno donde crecen y se desarrollan los niños, los jóvenes. Si tienen espacios de estas características hay una mayor posibilidad de que se desarrollen bien. Barrios donde hay espacios deportivos, una cancha  multiusos y  calles aptas para la circulación de bicicletas”.

“La ciudad del siglo XXI, debe ser una ciudad compacta, densa, que privilegie el transporte público y la movilidad no motorizada a pie y bicicleta que estimule los usos mixtos que no sea exclusivamente vivienda, hasta puede haber algo de oficinas donde estén profesionales afines a la vida del barrio. La ciudad moderna es una ciudad que recicla el agua para otros usos, que recicla todo lo que entra a la ciudad, por ejemplo, reciclar la basura orgánica para buscar fuentes alternas de energía. Es decir, todo el paquete que va hacia la sustentabilidad”, señaló SaraTopelson.

En cuanto a su experiencia como la primera mujer en presidir la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) de 1996 a 1999, considera que aunque fue complicado llegar, la experiencia fue maravillosa aun con países como China y Japón a los que les cuesta  trabajo relacionarse con mujeres que ocupan un cargo en el poder.
La clave del éxito para destacar en la arquitectura al igual que en otras áreas, es compleja, pues para Sara Topelson, las mujeres son como malabaristas  y aunque dependerá de las aspiraciones individuales, se puede manejar por etapas, en las que puede tener más peso la familia y los hijos o en las que los hijos crecen y las mujeres pueden dedicarse más a la profesión.  

“Eso sí, hay que decirlo, es importante tener una pareja apoyadora. Si quieren ser profesionales y quieren ser exitosas, un ingrediente fundamental es una pareja que colabore y que esté convencido de que es positivo para la familia y para la vida de pareja que la mujer también esté en el medio de trabajo”.

Sara Topelson de Grinberg es egresada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A lo largo de su carrera ha desarrollado proyectos en las áreas de habitación, educación, industria, comercio y vivienda, en el despacho Grinberg y Topelson Arquitectos. De febrero de 2000 a mayo de 2003 ocupó el cargo de Directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, donde estimuló la publicación de 15 libros y cuadernos de temas relevantes de arquitectura, 13 exposiciones en el Museo Nacional de Arquitectura y la ampliación del Catálogo de Inmuebles con Valor Artístico. Es Académica Emérita de la Academia Nacional de Arquitectura y de la Academia Mexicana de Arquitectura.
CGP    

Fuente: (CONACULTA)

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