Torera tarde de Pablo Hermoso, detalles de Pepe López y petardo de “El Pana” en la Monumental Plaza de Toros México

Los Encinos, propiedad de Don Eduardo Martínez Urquídi, Peluquín, número 76, negro bragado y cornidelantero con 480 kilos, al cual recibió con Curro para dejar lucidamente dos rejones; con Chenel, dos banderillas llevando toreando de costado pegado a tablas; con Ícaro, dos banderillas toreando con el pecho; con Pirata, tres banderillas cortas al relance y rejón de muerte trasero y caido, para saludar en el tercio y ovación al astado en el arrastre.

El cuarto fué también de la ganadería de Los Encinos, Doble Letra, número 80, entrepelado bragado y cornidelantero con 504 kilos, lo recibió con Saramago, dos rejones de castigo; con Manolete, dos banderillas, toreandolo al estribo de costado en tablas; con Pata Negra, armó la escandalera con dos banderillas y cinco giros de vuelta entera ante el delirio de la afición; con Pirata, tres banderillas cortas al relance y un par de banderillas a dos manos; mal con el rejón de muerte: desprendido, pinchazo y medio; puso pie a tierra para descabellar acertadamente y nuevamente saludar en el tercio y aplausos al toro en el arrastre.

Rodolfo Rodríguez El Pana (oliva y plata) con Catavino, número 29, cárdeno nevado bragado y cornivuelto con 495 kilos, toro que no quíso ver y que el banderillero Rubén Ávila estrelló en el burladero y perdió desde la cepa el pitón izquierdo. Fué tratado de regresar a los corrales por los torileros Paco Torres y Alfredo Osorio infructuosamente por lo cual el sobresaliente Luis Gallardo lo despachó de tres pinchazos y estocada. Fué cambiado por el primer reserva, éste de la ganadería de Ordaz, Conquistador, número 2, cárdeno claro y cornivuelto bizco del derecho con 515 kilos, al cual le dió una tafallera en tablas y capotazos sin para los pies; sin brindar, horribles trapazos y pinchazo hondo para escuchar pitos.

Con el quinto, que fué de la ganadería de Malpaso, Buñuelo, número 24, berrendo bragado meano y cornivuelto con 480 kilos, en el mismo tenor, nada con el percal y con la pañosa, muletazos a larga distancia sin embraguetarse jamás con “olés de chunga”; fatal con la toledana: pinchazo y criminal bajonazo para bronca y aplausos al astado en el arrastre.

El michoacáno Pepe López (perla y oro) toreó dos astados de la ganadería de Malpaso, el primero fué Mojito, número 6, cárdeno obscuro bragado y cornidelantero montado con 507 kilos, bien con el percal, mandiles caminandole del tercio a los medios y lo remató en la misma boca de riego: lo banderilló aseadamente Adolfo Sánchez. Con la pañosa, muletazos en el tercio por ambos pitones, mejor por el izquierdo y con el acero, una certera estocada para saludar en el tercio y pitos al toro en el arrastre.

Cerró el festejo con Chemel, número 3, cárdeno bragado meano y cornivuelto con 480 kilos; nuevamente bien capoteando, verónicas y torero recorte; le brindó al cónclave capitalino, que para esas alturas estaba aburrido y molesto por la actitud del veterano tlaxcalteca y las fallas del navarro con el rejón de muerte, para hacer una faena riñonuda a un toro descastado y rajado; con la toledana, una estocada delantera y caida para escuchar aplausos y pitos al toro en el arrastre.

A la muerte del segundo de la tarde, se despidió el monosabio Juan Sigler Maldonado, con 85 años de edad y 67 de trabajar en los ruedos.

La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento

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