Primera muestra individual de Rosa Rolanda, artista a la altura de María Izquierdo y Lola Álvarez Bravo

moderna, la coreografía, el diseño de vestuario y joyería, pero también como pintora y fotógrafa, a la que Coronel Rivera no duda en poner a la altura de María Izquierdo y Lola Álvarez Bravo.

Para corregir en parte la ausencia de Rosa Rolanda (nacida en Estados Unidos como Rosemonde Cowan Ruelas) del relato del arte mexicano, Juan Coronel Rivera se dio a la tarea de investigar en distintos archivos la producción de esta artista, que dio como resultado la exposición Una orquídea tatuada y la danza en las manos. Rosa Rolanda (1898-1970), que se inaugurará el jueves 24 de febrero en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, del INBA-Conaculta.

En conferencia de prensa el curador dijo que la muestra comprende cerca de 250 obras y está dividida en cinco núcleos temáticos (pintura, fotografía de viajes y costumbres, diseño de joyería y vestuario, coreografía, retrato fotográfico) por lo que también se contará con la sede de la Casa Luis Barragán, donde se mostrará parte de este rico acervo.

Cuando Rosa Rolanda conoció a Miguel Covarrubias (1904-1957) en Estados Unidos, ella ya era una artista reconocida. Su padre Henry Charles Cowan fue un ingeniero estadounidense y su madre, Guadalupe Ruelas, nacida en Azusa, California, era de ascendencia mexicana. Desde niña Rosa demostró tener talento artístico, se interesó por la escultura y fue excelente en educación física, por lo que sus maestros la alentaron para que estudiara danza.

Fue seleccionada entre más de 300 estudiantes para actuar con el Marion Morgan Dancers en Nueva York en 1915. Posteriormente, Rosa se unió al grupo de Irving Berlin para el Music Box Revue. Al formar su propio grupo, Rose fue responsable de la introducción de las danzas de Hawai y del Pacífico Sur en la danza moderna de Estados Unidos.

A mediados de los años veinte al  Chamaco Covarrubias, quien le fue presentado por Adolfo Best Maugard. Con el dibujante emprendería varios viajes alrededor del mundo, uno de los más célebres fue su visita a la isla de Bali (1930), donde Miguel Covarrubias hizo una película y también muchos dibujos de las danzas balinesas, mientras Rosa hizo miles de fotografías.

Coronel Rivera, nieto del pintor Diego Rivera, señaló que no hay una explicación de “¿por qué los historiadores de arte no vimos a Rosa? Una gravísima omisión”, porque la artista estaba allí creando y trabajando al lado de su esposo. Ella también expuso sus pinturas en Nueva York en 1940 y publicó sus fotografía, su obra la manejaba Lola Álvarez Bravo, pero después el interés se fue apagando.

El curador adelantó la teoría de que Rosa Covarrubias (como era conocida en el medio artístico de México), tuvo una formación muy rígida en su infancia y primera juventud, porque estaba estudiando para bailarina de ballet. Después se puso a trabajar en coreografía, diseño de vestuario y escenografía, y hasta llegó a tener su propia compañía. Así que cuando se encuentra con Miguel Covarrubias y comienza a pintar y hacer fotografías, decide hacerlo de una manera muy libre y espontánea, sin la presiones de su vida en los escenarios.

Además, ya en México, llevó una intensa vida social y artística, que llenaba gran parte de su vida. Fue amiga de Diego Rivera (quien le hizo un retrato) y Frida Kahlo, de las actrices Dolores del Río y de María Félix (de las cuales hizo sendos retratos). También fue modelo de pintores como Roberto Montenegro y de los fotógrafos Tina Modotti y Edward Weston, quienes fueron sus maestros de foto.

Por otra parte, interesada en la cultura popular, viajó constantemente por el interior de la república y varias veces “le dio la vuelta al mundo”, visitando países como China y Japón, Filipinas, Sumatra y Borneo, así como varios países africanos.

Hacia finales de los años treinta, después de su matrimonio con Covarrubias, empezó a pintar básicamente retratos de amigos, niños y mujeres indígenas, la mayor parte en gouache, algunas veces al óleo. Su primera obra plástica conocida, explicó Coronel Rivera, data de 1927-28, y fue realizada en París, bajo la influencia del manual elaborado por Best Maugard. Añadió que quizá llegó a hacer 100 telas y cientos de dibujos, bocetos y diseños, pero su mayor producción está en miles de negativos fotográficos.

A la muerte de Covarrubias, en 1957, Rosa recibió el apoyo de Luis Barragán, quien la apoyó económicamente, dado que la artista no tenía familia en México, ni tampoco tuvo hijos. A su muerte, la coreógrafa heredó su valioso archivo a la Fundación Luis Barragán, dejando una cláusula para que la mitad de éste fuera entregado a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

La muestra Una orquídea tatuada y la danza en las manos. Rosa Rolanda (1898-1970), está dividida en cinco núcleos temáticos: El primero, “Pintura: la danza del pincel”, reúne sus obras plásticas al óleo, acuarelas, dibujos, que tratan de niños indígenas, naturalezas muertas y autorretratos. El segundo, “Tradición y paisajes: viajes de la mirada”, reúne fotografías de sus viajes.

En la Casa Luis Barragán se mostrarán: Tizapán: ingredientes para una receta mexicana”, que aborda su desarrollo en el diseño de joyería y su interés por la cocina de México y el mundo. El cuarto tema: “Diseño: El florecimiento de una sensibilidad creadora”, se aboca a documentar su trabajo como coreógrafa y los diseños que hizo para vestuario y escenografía.

Finalmente, el quinto núcleo, está dedicado a su producción de retratos fotográficos, donde destacan los que hizo de Dolores del Río, Frida Kahlo, Lola Álvarez Bravo y Diego Rivera, entre muchos otros.

Juan Coronel Rivera señaló que la intención de este rescate de la obra de Rosa Rolanda es “presentarla a ella como artista multidisciplinaria” y no como esposa de Covarrubias, por lo que de la muestra se quitó su faceta como “modelo” de otros artistas.

La exposición Una orquídea tatuada y la danza en las manos. Rosa Rolanda (1898-1970), será inaugurada el jueves 24 de febrero, a las 19:00 horas, en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Diego Rivera, esquina Altavista, colonia San Ángel Inn. Simultáneamente, la segunda parte de la muestra se exhibirá en la Casa Luis Barragán (General Francisco Ramírez 14 colonia Ampliación Daniel Garza, a dos cuadras de Avenida Constituyentes y Parque Lira.
JLB

Fuente: (CONACULTA)

 

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